La reciente suba de las tasas de interés para los plazos fijos y los datos alarmistas de inflación ponen “jaque” a los ahorristas que se inclinan por los plazos fijos, para generarles el dilema respecto a si es mejor y más rendidor invertir en una colocación tradicional, o bien, si conviene seleccionar la opción UVA.
Para ello, se debe recordar que hoy el plazo fijo UVA se coloca a un período mínimo de 90 días, y otorga de renta el nivel de inflación más 1% de tasa adicional de “premio”. Y, si bien tiene la posibilidad de “precancelarlo” después de los 30 días de haberlo realizado, en ese caso paga una tasa fija que es mucho más baja que la brindada por el tradicional, debido a que se ubica en 41% anual.
En cambio, la tasa de interés de un plazo fijo tradicional a 30 días es de 46% nominal anual desde el 18 de abril pasado, lo que representa un pago de 3,83% mensual para el corto plazo.
Si se tiene en cuenta que la inflación mensual fue de 6,7% en marzo y se estima que será de 4,5% para abril, para lo inmediato, el plazo fijo UVA se posiciona como el más conveniente.
Pero si se analiza la proyección de los expertos para todo un año, se aguarda que la tasa de un plazo fijo tradicional podría ubicarse más cerca del nivel de inflación acumulada en ese período.
“La reciente suba de tasa mínima para depósitos a plazo fijo de hasta $10 millones, atrasa ni más ni menos que un año. Es que si consideramos el rendimiento que se obtendrá de renovar las sucesivas colocaciones a 30 días de plazo, arrojará un interés efectivo anual (TEA) de 57,06%. Cifra que ya equivale al aumento que se registró en el IPC Nacional en los últimos 12 meses (55,1%)”, dice el analista Andrés Méndez, director de AMF Economía.
Igualmente, se considera que esta nueva suba de tasas para los plazos fijos tradicionales, coloca al rendimiento efectivo anual de 57,1% en una posición que “achica algo la brecha con la inflación estimada”, sostiene María Castiglioni Cotter, economista y directora de C&T Asesores.
Y acota: “Pero acá hay que tener en cuenta y comparar la inflación futura, que es la esperada en los próximos meses, versus la tasa efectiva mensual (TEA) que van pagando los plazos fijos”.
Por eso, para los expertos, la suba fuerte de tasas que hizo el Banco Central en el acumulado del año tiene que ver con que la inflación superó la expectativa que ya había para el alza de los precios para los próximos meses.
En resumen, el tema central para analizar si conviene más un plazo fijo tradicional o uno UVA es saber si son competitivos, o no, los rendimientos al observar las proyecciones de incremento de precios para meses que vienen.
“Aquí conviene consignar que la mediana del Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) que realiza el Banco Central anticipa rendimientos negativos para los próximos tres meses. Por lo que recién en julio este tipo de interés podría superar a la inflación”, destaca Méndez.
Además indica que este cuadro de situación “se agrava”, si se consideran las estimaciones más pesimistas respecto a los precios de la economía, ya que “no habría ´buenas noticias´ ni en el próximo semestre, ni en los próximos 12 meses”, agrega.
En concreto, el 3,8% mensual que aporta un plazo fijo minorista, con los actuales rendimientos, ofrecerá, según los pronósticos más positivos, “rendimientos negativos mes a mes hasta junio próximo, para tornarse positivos recién a partir de julio”, completa Méndez.
Y finaliza: “Todo indica que, en el mejor de los casos, los nuevos rendimientos mínimos tendrán chances de éxito en la segunda mitad del año. En conclusión, en mayo y junio el Banco Central deberá elevar nuevamente las tasas de interés”.