La inexplicable economía argentina lleva a paradojas como que alguien que invierte $100.000 a un plazo fijo de 30 días se lleve como renta adicional, por la reciente suba de tasas de interés, apenas un equivalente a 3 alfajores. Un ejemplo de escasez que rememora la antológica frase de Luis Brandoni en la película “Esperando la Carroza”, en la que se refería a la “miseria” que significaba comprar 3 empanadas para 4 personas.
Un hecho que refleja la distorsión de precios, el atraso de los salarios y una ecuación para los ahorristas respecto a que las inversiones en pesos corren detrás de la inflación y que no brindan demasiadas soluciones para proteger la depreciación de los ingresos.
En concreto, el último jueves 16 de junio, el Banco Central subió los rendimientos de las colocaciones de los plazos fijos desde el previo 48% hasta el 53% anual. Alza que representa 5 puntos porcentuales más de lo que venían rindiendo en la previa.
Es decir, aquél ahorrista que en la previa al incremento de tasas de este mes realizaba una colocación tradicional a 30 días, por un monto de $100.000, obtenía $104.000. Un rendimiento de $4.000, o 4% mensual.
Con la reciente suba de los rendimientos, hoy un plazo fijo tradicional paga una renta mensual de 4,42%. Por lo tanto, en la actualidad genera un capital de $104.417, o un adicional respecto a lo invertido de $4.417.
Es decir, $417 “extra” respecto a lo que el plazo fijo pagaba antes de la última suba de tasas.
Nuevas tasas plazos fijos: equivale a 3 alfajores más
En conclusión, la nueva suba de tasas impulsada por el Gobierno para intentar “convencer” a los ahorristas que se vuelquen a este instrumento en pesos, ahora brinda un incentivo extra de $417, respecto a lo que otorgaba antes al colocar $100 mil.
Un dinero agregado que apenas representa un poder de compra de 2 alfajores Premium, debido a que el precio en los comercios y supermercados de un Havanna o un Cachafaz, se acerca a los $200 por unidad.
Y si se elige alguna de las marcas masivas, como Milka o Terrabusi, que en los mercados de cercanía se venden a $130 cada uno, el “extra” que en el presente brinda un plazo fijo posibilita comprar sólo 3 alfajores.
Cabe recordar que el monto de $100.000 utilizado en el ejemplo para analizar el rendimiento de una colocación tradicional, es el equivalente de lo que necesita una familia por mes para solventar el costo de una canasta básica y no ser considerada pobre.
El principal aspecto que preocupa a los ahorristas es que, pese a la suba de las tasas de interés de los plazos fijos durante los últimos meses, los rendimientos otorgados no logran equiparar a la inflación registrada.
De hecho, los actuales 4,42% que brinda por mes una colocación tradicional, queda por debajo respecto a los 5,1% de alza de los precios al consumidor registrados por el Indec en mayo pasado.
Y de acuerdo al último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), publicado a inicios de mes, la encuesta efectuada por el Banco Central entre un grupo de 40 economistas espera una inflación de 5% para junio y 4,5% para julio.
Es decir, cifras proyectadas de incrementos para los precios de la economía que, de antemano, superarán a la nueva tasa de interés que pagan desde el 21 de junio los plazos fijos tradicionales. Una forma de confirmar que estos instrumentos de ahorro no evitan una pérdida del poder adquisitivo del monto depositado.
Incluso, la consultora Ecolatina acaba de publicar un informe en el que detalla que el IPC de Gran Buenos Aires creció 5,6% en la primera quincena de junio respecto al mismo período del mes anterior.