Las empresas que conforman FATAP estudian cortar los servicios de colectivos a la noche por falta de fondos. Faltantes de gasoil, subsidios y la tarifa del boleto en la discusión
La Federación Argentina de Transportadores por Automotor de Pasajeros (FATAP) evalúa suspender los servicios de colectivos urbanos y suburbanos en el Interior del País a la noche (entre las 22 y las 6), ante la falta de pago de las compensaciones por parte del Estado Nacional.
Conformada por el grupo ERSA, de Juan Carlos Romero, y Gerardo Ingaramo, titular de Autobuses Santa Fe, la FATAP viene presionando al Gobierno para redistribuir los fondos que dispone el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA; Ciudad y el conurbano) de manera “más equitativa”.
El paro de transporte urbano de pasajeros en el Interior se lanzaría la semana que viene si es que no consiguen respuesta del Ministerio de Transporte o de autoridades superiores. Los empresarios le darían “prioridad a los servicios que funcionan en hora pico”.
En la FATAP apuntan a los “incumplimientos reiterados” del Gobierno, que de los $ 70.000 millones “necesarios para dar cobertura mínima al presupuesto 2022” del Fondo Compensador, el Estado por medio del DNU 331 solamente decidió asignar $ 38.000 millones, “lo que representa un 45% menos de lo solicitado y que está destinado a cubrir gastos básicos, como salarios y mantenimiento de las unidades”. Según dicen, el AMBA concentra el 85% de los subsidios.
Los empresarios también señalan los “constantes incrementos en el precio del gasoil, sumado al agotamiento del stock disponible y la falta de reposición del consumido”.
“Resulta imposible atender salarios, aguinaldos y los costos erogables, tales como combustibles, lubricantes, neumáticos, reparaciones y seguros, elementos todos imprescindibles para mantener operables los servicios”, lamentaron.
La puja por los recursos también generan internas dentro de los mismos empresarios del transporte. Una fuente del sector recuerda que “el Interior tiene mejor tarifa (el boleto puede costar hasta $ 80 en algunas ciudades), y además menos controles”.
“Por ejemplo, no todos los coches tienen GPS y no hay datos de cuántos pasajeros se transportan. En todo el AMBA está un tercio de la población del país, la mitad de la actividad económica y hay 18.000 colectivos, mientras que en el Interior hay 14.000 unidades y no se sabe bien cuántas están operativas, es muy opaco. En algunas localidades no hay SUBE, por lo que se pierde la trazabilidad y las empresas se manejan con declaraciones juradas. Usan los subsidios como un botín”, disparó este conocedor de la industria.
Por otro lado, la Asociación Argentina de Empresarios del Transporte Automotor (AAETA) actualizó el Índice Bondi de mayo, mediante el cual buscan hacer pública la situación del sector.
El costo real del boleto es de $ 130,97 por pasaje; el promedio es de $ 13 (aunque el mínimo sea de $ 18) y la compensación del Estado es de $ 75,25, por lo que las empresas llevan a pérdida unos $ 42,72.
A niveles agregados, el Ministerio de Transporte reconoce $ 21.724,1 millones y el costo real sería de $ 32.238,9 millones por mes, lo que implica una pérdida de $ 10.514,8 millones mensuales para las 160 líneas del AMBA, que se refleja en una caída en la “calidad del servicio, frecuencias, seguridad y renovación” de las 18.500 unidades que circulan diariamente y transportan a unos 9,9 millones de pasajeros en 386 líneas de colectivos.