En medio de un profundo hermetismo y una gran incertidumbre, el gobierno de Alberto Fernández evalúa ahora el resultado de la reunión entre la ministra de Economía, Silvina Batakis, y la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, y crece la posibilidad de que el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, asuma como jefe de Gabinete o como un superministro de Economía con funciones ampliadas.
También gana espacio la posibilidad de activar medidas para incentivar al sector agropecuario a liquidar las divisas a un dólar diferenciado –intermedio entre el oficial y el paralelo- para mejorar la recaudación fiscal, acumular reservas en el Banco Central y a la vez quitar presión cambiaria.
El Presidente recibió señales positivas de Batakis: el FMI otorgará un “waiver” (perdón) para flexibilizar las metas del acuerdo con el organismo, que la Argentina incumplirá. Pero tomó nota de que Georgieva le pidió a la ministra que avance en el ajuste fiscal. De todos modos, esa flexibilización de las metas se confirmaría a fin de año tras la revisión anual del staff del FMI.
En medio de eso, altas fuentes oficiales aseguraron que “lo de Massa está muy bien, cada vez mejor”. En buen romance, quisieron transmitir que su posible ingreso al gabinete cada vez es una posibilidad más cierta.
Desde el kirchnerismo hicieron saber que el diputado Máximo Kirchner y su entorno tienen excelente predisposición al ingreso de Massa al Poder Ejecutivo, aunque dejaron trascender que la vicepresidenta Cristina Kirchner no se pronunció. “Nadie sabe qué piensa ella, pero el kirchnerismo está de acuerdo”, señaló un funcionario que milita en el Instituto Patria.
Alberto Fernández estuvo toda la jornada pendiente del encuentro de Batakis con Georgieva y las autoridades del Tesoro de los Estados Unidos. La agenda del gabinete se redujo este lunes a la mínima expresión, a la espera de resultados de esa cumbre en Washington. Se dividió la actividad entre Olivos y la Casa Rosada.
La evaluación general del presidente, tras haber hablado con Batakis, es que el FMI concederá una flexibilización de las metas fiscales, monetarias y de reservas que la Argentina no cumplirá.
Esa también es la opinión de expertos norteamericanos que descuentan que el FMI tiene intención de conceder un “waiver” a la Argentina que es su principal acreedor. Sin embargo, también fue muy claro el pedido de Georgieva a Batakis para que avance con las medidas de recorte del gasto.
La directora del FMI lo puso en palabras diplomáticas en su cuenta de Twitter, pero su referencia fue clara. “Damos la bienvenida a sus esfuerzos iniciales para fortalecer la sostenibilidad fiscal y acordamos la importancia de la implementación decisiva del programa para abordar los desafíos económicos y sociales de #Argentina”, escribió.
La referencia a “otra productiva reunión con la ministro @sbatakis” hay que leerla como una mera formalidad. Quienes saben leer entrelíneas señalan que el FMI le concederá un “waiver” (perdón) al gobierno argentino, a cambio de un compromiso de bajar el gasto, y a la espera de que transcurra el mandato de Alberto Fernández y llegue el próximo gobierno.
De todos modos, el “perdón” no se producirá en lo inmediato. Esas decisiones requieren de una discusión interna del directorio y de los países miembros, y se produciría recién a fin de año cuando el organismo evalúa el desempeño de las metas anuales.