Un salario mínimo no alcanzó para comprar los alimentos que necesitó una familia de cuatro integrantes en julio para subsistir. Así se desprende de la comparación entre el ingreso de referencia y la Canasta Básica Alimentaria (CBA) que reveló este martes el Instituto Nacional de Estadísticas (Indec) para el mes pasado.
Según el organismo, un grupo familiar promedio requirió al menos $111.298 para no ser considerada pobre, medido por la Canasta Básica Total (CBT) y $49.466 para no quedar por debajo del umbral de indigencia, dato que marca la CBA.
En julio el salario mínimo vital y móvil (SMVyM) no varió respecto a junio y fue de $45.540. Por lo que una familia tuvo que percibir un piso de 2,4 ingresos mínimos para no caer en la pobreza y al menos 1,08 sueldos de referencia para evitar la indigencia.
Considerando que la CBA mide los alimentos que cubren los requerimientos mínimos calóricos que tiene un grupo familiar para subsistir, un sólo salario mínimo no alcanzó para comprar esos productos.
Incluso realizando el cálculo con el aumento de agosto, cuando el ingreso de referencia subió a $47.850, el sueldo mínimo no alcanza.
Julio fue un mes de fuertes remarcaciones de precios ante la incertidumbre por la volatilidad cambiaria y las modificaciones repentinas en el gabinete de Economía. En los primeros días, proveedores de alimentos y productos de primera necesidad llegaron a subir sus precios entre 10% y 15%. La inflación llegó al 7,4% y marcó el dato mensual más alto de los últimos 20 años. Para el caso de los alimentos fue de 6,0%.
Las subas fueron lideradas por los artículos estacionales (11,3%) -explicada principalmente por el comportamiento de Frutas y Verduras, tubérculos y legumbres y las mencionadas subas de los servicios de turismo-, seguida por IPC Núcleo (7,3%) y Regulados (4,9%).
Dentro de la división se destacó el aumento de Azúcar (30,5%), dulces, chocolate, golosinas, etc.; Aceites, grasas y manteca; Frutas; Verduras, tubérculos y legumbres; y Leche, productos lácteos y huevo.
Se trata de varios de los productos que son tomados por el Indec para medir la Canasta Básica Alimentaria.
Según analizó el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) la renuncia del hoy ex ministro Martín Guzmán fue “aprovechada por sectores formadores de precios para remarcaciones significativas y arbitrarias que pretendieron justificarse en problemas de “cobertura” por las restricciones impuestas sobre el acceso a dólares para importaciones (dada la decisión del BCRA). Desde el 4 de julio, las grandes empresas enviaron listas de precios actualizadas y redujeron o limitaron entregas, amenazando con desabastecer (en el mes, el TC mayorista se movió sólo al 4,8%)”, analizó el CEPA.
Por otro lado, el “efecto guerra”, que había tenido mucha importancia en los meses previos mostró un comportamiento inverso. “Si tomamos como referencia los datos publicados por FAO, se observa que en el mes de junio se había empalmado al ciento por ciento el impacto de incrementos de precios internacionales sobre los productos alimenticios en la Argentina”, advirtió.
“En julio, en cambio, los precios internacionales (considerando la variación del dólar) mostraron una retracción de 4% pero los precios locales aumentaron 6% (y 7% los que incluyen insumos de los principales cultivos exportables)”, indicó la entidad.