Si bien desde las economías regionales ya habían avisado que no aceptarían sin peros una mejora en el “dólar soja” para quienes producen y exportan ese grano, el anuncio del ministro de Economía Sergio Massa de un dólar a $200 durante septiembre movió algunas estructuras, y los chispazos empezaron a verse. Esta semana, la cámara “Bodegas de Argentina” (BdA), que condensa a las principales exportadoras de vino del país, le pidió al Ministerio que mejore el dólar para estos productos. Sin embargo este miércoles desde el Instituto Nacional de Vitivinicultura señalaron que “el vino ya tiene un dólar mejor que la soja”.
En el mes de julio ya se hablaba del asunto en la cadena productiva. Mientras se realizaba la Exposición Rural en Palermo, el ministro de Producción de Río Negro Carlos Banacloy dialogó con este medio y fue claro en su mensaje: “Entiendo que el Gobierno lo que necesita son divisas, y que las economías regionales no mueven la aguja. Pero indudablemente se deberá incluir a este tipo de actividades, no podemos quedar afuera porque tenemos una mano de obra constante”.
Tiempo después, la mejora en el tipo de cambio para la soja siguió escalando hasta el actual mecanismo, que tiene vigencia hasta finales de septiembre y que genera entusiasmo entre el Gobierno y las cerealeras exportadoras. Pero sin embargo otros sectores mantienen su recelo y piden lo suyo, como la vitivinicultura.
A principios de esta semana los representantes de Bodegas de Argentina se reunieron con el actual secretario de Desarrollo Productivo de la Nación, José Ignacio de Mendiguren. ¿Qué le pidieron? “Hace casi dos años que el tipo de cambio corre detrás de la inflación de costos que tenemos, lo cual reduce nuestros márgenes de exportación”, planteó Francisco do Pico, vicepresidente de la entidad.
“En los últimos 12 meses esto ha causado pérdidas de 20% en la rentabilidad de un vino de exportación promedio que se consigue en 10 dólares en una góndola en el exterior”, sostuvo.
La presidenta de BdA, Patricia Ortiz, agregó que consideran “imperiosa” la necesidad de “suspender los derechos de exportación con la finalidad de liberar recursos de las bodegas para reinvertir en el negocio, y mantener la demanda en el exterior en mercados sumamente competitivos”.
Luis Sentinelli, actual director de Estadísticas Públicas y Relaciones Institucionales del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), organismo que depende de Casa Rosada y cuya sede central está en Mendoza, planteó su mirada sobre este reclamo de las bodegas para con el Gobierno nacional.
“El vino ya tiene un dólar mejor que el de la soja. Comparar al complejo sojero con el vitivinícola no está bien, son dos cosas completamente distintas”, aseguró.
“El vino se exporta a razón de 20 o 22 millones de litros todos los meses, además el 75% de lo que producimos lo toman los argentinos. Con lo cual es un gran beneficio tener un mercado tan cercano y conocido. Y entonces ahí empezamos a notar grandes diferencias, porque el vino se exporta a dólar oficial y con algunos beneficios”, expuso. ¿A cuáles se refirió? Sentinelli explicó la eliminación a las pymes vitivinícolas de acuerdo a una escala que trazó líneas en la actividad.
Según los datos que aportaron desde el INV, de un universo de 358 bodegas que exportan, 229 quedaron sin cobro de retenciones, mientras que a 39 de las mismas se les redujo a la mitad y el gravamen hoy en día es de un 2,5%. En tanto que un conjunto de 90 bodegas mantiene el 4,5% original de retenciones a las exportaciones.