Beatriz Villarruel tiene 63 años y es un ejemplo de lucha y de amor a la vida. Su manera de sentirse viva es subirse a una bicicleta y pedalear para llegar a la Fiesta del Milagro, la devoción por los Santos Patronos que congrega a miles de fieles en Salta.
La mujer reconoce que es su forma de agradecer por algo que en su momento fue muy doloroso. Hace 20 años, su hijo superó una enfermedad y ella quiso retomar la promesa que se había hecho en esos momentos.
“Mi hijo tenía el intestino lleno de pólipos. El doctor dijo que fue un milagro que mi hijo se salvara. Desde ese momento peregrino. Cuando fue a hacerse la segunda ecografía no tenía nada. Le supliqué, le rogué que lo curaran a mi hijito y así fue”, confesó la mujer.
Entre los recuerdos que más tiene presente en su cabeza, Beatriz afirma que desde hace 10 años empezó a peregrinar. “Algo tenía qué hacer. Hoy mi hijo tiene 46 años, tiene 2 hijas, vive en Concepción del Uruguay, Entre Ríos y está en perfecto estado de salud. Cómo no voy a agradecer por todo”, se sincera la mujer.
En la actualidad, Beatriz tiene un Hogar de Niños en Aguaray, Salta. Comenzó con esa labor hace 26 años. Ellos también le dan un motivo para peregrinar: “Vengo siempre a pedirles al Señor y a la Virgen que no nos falte para poder brindarles a los 117 chicos que asistimos todos los días”.
Por último, Beatriz contó por su condición no puede hacer tantos kilómetros y que no está muy bien preparada para semejante aventura. “Pienso que se necesita preparación”, dice con una sonrisa y reconoce que no va a bajar los brazos.