Una investigación determinó que los ciclos se ampliaron 0,71 días después de la primera dosis y 0,56 días después de la segunda. Las mujeres que recibieron ambas dosis en un mismo ciclo tuvieron retrasos de entre cuatro y ocho días.
Algunas personas sufren dolores de cabeza o dolor en los brazos después de que les administran la vacuna. Otras sienten náuseas o se les inflaman los ganglios linfáticos. Ahora, ha comenzado a aumentar el número de investigaciones que identifican otro posible efecto secundario de la vacuna contra la COVID-19: cambios en el ciclo menstrual.
Un equipo de investigadores reveló que, del grupo de personas que participaron en su estudio, aquellas que se vacunaron experimentaron, en promedio, un día de retraso en su periodo en comparación con las que no se vacunaron. No obstante, como ocurre con otros efectos secundarios de las vacunas, este cambio fue temporal. En general, un ciclo después de recibir la vacuna el periodo de las personas volvió a la normalidad.
Esta investigación explora con más detalle hallazgos previos del equipo y relatos anecdóticos de personas que observaron periodos erráticos después de recibir la vacuna. Incluye datos de casi 20.000 personas de todo el mundo, 14.936 que se vacunaron y 4686 que no lo hicieron.
“Por desgracia, no existen muchos estudios sobre la menstruación, algo que es preocupante, puesto que se trata de un indicador clave de la fertilidad y la salud en general”, comentó Alison Edelman, profesora de ginecología y obstetricia en la Escuela de Medicina de la Universidad de Salud y Ciencia de Oregón y principal autora del artículo. “Esperamos que nuestros hallazgos sirvan para darle un fundamento más sólido a la experiencia confirmada por muchas personas y para que los profesionales de la salud puedan darles a los pacientes mejores recomendaciones clínicas y mejor atención”.
Cuando Edelman y su equipo analizaron los datos correspondientes a tres ciclos menstruales consecutivos de las participantes en el estudio antes de la vacuna y por lo menos un ciclo después de esta, descubrieron que los ciclos se ampliaron 0,71 días después de la primera dosis y 0,56 días después de la segunda dosis.
Las personas que recibieron ambas dosis en el mismo ciclo menstrual experimentaron un cambio más notorio: en promedio, su periodo tardó casi cuatro días más. En este subgrupo, 100 personas observaron un retraso de por lo menos ocho días. Ya que los ciclos menstruales volvieron a su estándar un mes después de la vacuna, no es muy probable que estos cambios afecten la fertilidad, ni ahora ni en el futuro, explicó Jennifer Kawwass, especialista en endocrinología reproductiva de la Universidad Emory, quien no participó en el estudio.
Todavía no se sabe con exactitud por qué la vacuna anti-COVID-19 produce estos cambios. Lo más probable es que exista algún vínculo entre el sistema inmunitario y otras partes del cuerpo que ayudan a protegerlo de patógenos externos, incluido el sistema reproductor. Cuando las vacunas activan el sistema inmunitario, es posible que también afecten al endometrio, que cubre al útero y se desprende durante la menstruación.
Los investigadores todavía no pueden definir si es mejor recibir la vacuna o el refuerzo en un punto específico del periodo; sin embargo, los resultados podrían ayudar a las personas a planear con anticipación y a calmar el temor por la suspensión de algún periodo de las personas que experimentan cambios en la menstruación después de vacunarse. También es posible que saber que los ciclos menstruales regresaron pronto a la normalidad ayude a calmar ciertas inquietudes en torno a la nueva tecnología de las vacunas de ARNm.
De cualquier manera, es conveniente estar pendiente de cualquier patrón nuevo o inusual en el sangrado. “Si alguien observa cambios significativos en el intervalo de su ciclo menstrual y estos se mantienen varios meses, es prudente buscar atención de un ginecólogo obstetra para tener una evaluación detallada”, comentó Kawwass. “Es muy poco probable que un cambio de este tipo se deba a alguna vacuna”.