En medio del pedido del kirchnerismo de aplicar medidas para los sectores más vulnerables, el ministro de Economía, Sergio Massa, evaluará en los próximos días junto a su par de Desarrollo Social, Juan Zabaleta, el pago de un bono para las personas que se encuentran debajo de la línea de indigencia y que podría darse en dos o tres cuotas.
Según confirmaron fuentes de la cartera económica, Massa se reunirá con Zabaleta durante este fin de semana largo -“probablemente este viernes”, arriesgaron- para definir de qué manera se pagaría esa ayuda, que estará en el orden de los $16.000 por mes para equiparar el valor de la canasta básica alimentaria.
Los ministros evaluarán la posibilidad de pagar el bono en tres cuotas, por octubre, noviembre y diciembre y alcanzar una suma total cercana a los $50.000 por persona, pero también está la opción de dividirlo en solo dos cuotas, de aquí a fin de año. Esto está por definirse y, por esa razón, en Economía todavía no tienen precisiones respecto de cuándo habría algún anuncio oficial.
Si bien en el Ministerio de Desarrollo Social dijeron no tener el encuentro en la agenda, el titular del Palacio de Hacienda prevé darle forma a la eventual medida antes de partir la semana próxima a Washington, donde participará de la asamblea anual del FMI y el Banco Mundial. La posibilidad de pagar un bono se estudia hace varios días en el Gobierno.
Y es que el reclamo de medidas para atender al sector de la sociedad que no alcanza a cubrir la canasta básica alimentaria -unas 2.000.000 de personas- en el contexto de alta inflación que amenaza con tocar el 100% para fin de año creció en las últimas semanas en la filas del Frente de Todos, donde el kirchnerismo amaga con ir dejando atrás poco a poco la tregua interna.
La semana pasada el INDEC publicó que el 8,8% de la población está en situación de indigencia. El índice creció respecto del 8,2% de la medición anterior y esto llevó a que la vicepresidenta Cristina Kirchner volviera a hablar de economía tras dos meses de silencio en la materia para remarcar ese dato y pedir medidas.
“El Ministerio de Economía ha trabajado duro en todas las áreas de su competencia, pero es necesaria una política de intervención más precisa y efectiva en el sector (alimenticio) y, al mismo tiempo, diseñar un instrumento que refuerce la seguridad alimentaria en materia de indigencia”, expresó la vicepresidenta en Twitter.
Si bien en el massismo aseguran no haberlo sentido como un reto, el mensaje de la socia mayoritaria del Frente de Todos fue leído como un primer límite para el ministro, dado que Cristina Kirchner no hablaba sobre economía desde la traumática renuncia de Martín Guzmán el 2 de julio y su reemplazo por Silvina Batakis primero y por Massa después.
Al romper el silencio con el que acompañó (a su modo) la gestión de Massa en el intento por acomodar un poco la macroeconomía y especialmente calmar el frente cambiario y atraer dólares a la reservas, la vicepresidenta reavivó un planteo que en realidad no es nuevo pero que ahora se acelera.
La senadora oficialista Juliana di Tullio, estrecha colaboradora de Cristina Kirchner, presentó semanas atrás un proyecto de ley para establecer un “refuerzo de ingresos” que alcance a las personas en situación de indigencia, a través de una prestación mensual no contributiva por un monto igual al de la canasta básica alimentaria.
La medida que ahora estudian los ministros de Economía y de Desarrollo Social iría en la misma línea, aunque con la diferencia de que sería un pago excepcional para atender la situación hasta fin de año. La idea sería así responder al reclamo sin desatender el objetivo de lograr un equilibrio en las cuentas públicas, acordado con el FMI y reflejado en el Presupuesto 2023.