A la hora de elegir un nuevo televisor rige un principio aplicable a la compra de cualquier dispositivo tecnológico: la información es el secreto del éxito y la mejor forma de evitar malos tragos. En las vísperas del Mundial de Qatar 2022, son muchos los que buscan nuevas pantallas. En rigor, los mundiales de fútbol son la excusa para renovar la TV en muchos hogares y una oportunidad de la que el mercado procura beneficiarse.
El tamaño de la pantalla
Para responder a la pregunta acerca de las pulgadas del televisor es imprescindible evaluar los detalles del ambiente en el que se colocará el equipo. En concreto, la distancia entre el sillón y la pantalla. En el examen también es preciso tener en cuenta la resolución.
La resolución: ¿convienen 4K y 8K?
Las más flamantes resoluciones de pantalla ofrecen más calidad y definición de imagen. Respecto al 4K, tiene cuatro veces más definición en relación al Full HD: 3.840 x 2.160 y 1.920 x 1.080, respectivamente.
La clave a tener en cuenta al elegir la resolución de la tele es el contenido disponible. Con el paso de los años, hay cada vez más películas, series y programas en 4K, incluso transmisiones deportivas. Pero ahora, en pleno 2022, hay que decir que la mayor parte del contenido no se ofrece con esa resolución. Muchísimo menos en 8K, naturalmente.
De este modo, si se compra una TV con 4K y se reproduce una película en Full HD, la pantalla no hará magia. Eso sí: comprar una tele 4K es una apuesta a futuro, a sabiendas de que el contenido con esa resolución seguramente se masificará con el paso de los años.
Televisores: ¿qué es la frecuencia de actualización?
Los usuarios de smartphones se han familiarizado con este concepto, que básicamente describe cuántas veces se actualiza la imagen de la pantalla. En la práctica, a mayor tasa de actualización (que se expresa en Hz) más será la calidad de reproducción, con menos “pestañeo”.
Muchos Hz son especialmente útiles para contenido como los videojuegos. También es relevante para las transmisiones en vivo de deportes.
En la actualidad, el estándar el 60Hz. Esta cifra no aprovecha la cantidad de fotogramas que pueden mostrar, por ejemplo, las consolas más nuevas. Las teles 4K habitualmente llegan con 120Hz, que se encuadra con las necesidades de la mayoría de los medios de transmisión. Los más exigentes optarán por los 240Hz y por el HFR, que es compatible con altas frecuencias.
En cualquier caso, la clave es la fluidez de las imágenes.
Conectividad
Uno de los aspectos al que el usuario promedio presta poca atención es a los puertos del televisor. En contra de ese desdén, se trata de una variable fundamental para elegir una tele.
Los productos actuales en este sector incluyen puertos HDMI y USB. Es importante la cantidad, considerando que en muchas casas se conectan consolas, equipos de audio, el decodificador de la compañía de cable, reproductores, etcétera. Si la intención es evitar enchufar y desenchufar, es una buena práctica revisar el número de entradas disponibles.
Un dato esencial es chequear que la tele cuenta con una salida HDMI ARC. Se trata de un conector especial para las barras de sonido.
Además, en las teles actuales es preciso revisar que además de Wi-Fi dispongan de un puerto Ethernet. Se trata de una ranura para conectarse a Internet con un cable: no tiene la comodidad de la tecnología wireless, aunque se traduce en grandes beneficios de velocidad y estabilidad en la conexión a Internet, fundamental en ciertos escenarios.
Otro ítem a tener en cuenta es el Bluetooth. Será necesario para algunos vínculos que quizá quieras realizar con el televisor: desde joysticks pasando por parlantes o auriculares, siempre sin cables. Un detalle: algunos televisores presumen ser inteligentes y no tienen esta opción.
El sistema operativo
La disyuntiva “smart o no smart” quedó en el pasado. En la actualidad, si se compra una tele ésta es inteligente. Esto quiere decir que tiene conexión a Internet y habitualmente un paquete de aplicaciones.
Dicho esto, la clave es conocer los detalles del sistema operativo incluido. Hay varios en el mercado (la versión de Android para la tele, WebOS de LG, TizenOS en los televisores de Samsung, entre otros) y el consejo general es elegir pantallas con alguno de los softwares conocidos.
Algunos televisores presumen ser smart aunque llegan con un programa muy básico que incluye pocas opciones. Seguro tendrá YouTube y Netflix, pero en ocasiones es imposible descargar otras aplicaciones. Por eso, puestos a elegir, conviene escoger variantes con programas que sean versátiles.
Por último, ¿cuál es la diferencia entre LCD, OLED y QLED?
Hay algunos conceptos que pueden ser opacos al momento de comprar una tele. Para ir hasta el negocio de electrónica o tocar el botón que confirma la operación en una plataforma de comercio electrónico, deberás conocer cuáles son las diferencias entre LCD, OLED y QLED.
Las siglas (que refieren a tecnologías de visualización) pueden resultar confusas y en muchos casos se compra sin conocerlas en detalle. ¿Qué hay que saber?
- LCD o LED: Es la opción más básica en la actualidad. Se trata de un panel con cristal líquido que genera las imágenes y los colores, con retroiluminación que otorga brillo.
- QLED: Tienen puntos cuánticos con nanotecnología. En la práctica, mejoran el brillo y el color en relación a una pantalla LCD.
- OLED: Es la tecnología para televisores más recomendada, y también la más cara. Emplea un diodo que emite luz orgánica y sus componentes permiten desarrollar TVs muy delgadas. En este caso, cada píxel produce su propia luz y se elude la necesidad de retroiluminación extra.