Gabriel Rubinstein, el viceministro de Economía, reconoció que el Gobierno tendrá problemas para cumplir con la meta fiscal acordada con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Presupuesto 2023, y aseguró que si se intentara salir del cepo en forma inmediata, “el país iría hacia un Rodrigazo”.
Sobre el acuerdo por las metas fiscales pactadas con el FMI, Rubinstein graficó que costará “uno y la mitad del otro” de igual manera que será “díficil” cumplir con el sancionado proyecto de Presupuesto del año próximo.
En el marco del 14° simposio de mercado de capitales y finanzas corporativas de IAEF, el viceministro de Economía lamentó haberse apartado de la “economía ordenada” de inicios de los años 2000 que se caracterizó por los superávit gemelos.
“De esa macro nos apartamos, es para pegarse un tiro. Yo me propuse como idea personal meterme para ayudar a ir en esa dirección”, indicó y recordó algunas de las condiciones económicas que reinaban en los primeros años del siglo 21 en la Argentina: “3% de superávit fiscal, 2% de superávit de cuenta corriente, 40 mil millones de reservas netas, 5% de inflación; tasa de Lebacs de 6% anual; no había controles de precios, no había problemas controles cambiarios, porque las regulaciones eran muy laxas. Se podían comprar 2 millones de dólares por mes. Era la única restricción”.
En ese sentido, diagnosticó que “el orden macro pasa por el orden fiscal, ir al superávit y unificar el mercado de cambios, son herramientas que ordenarían la macroeconomía”.
Por otra parte, Rubinstein afirmó que “estamos experimentando una baja en la demanda de dinero” y que esa situación sería “compatible con una inflación del 60% anual”. En ese contexto, indicó que “tiene sentido la política de precios” que anunció recientemente el ministro Sergio Massa a pesar de que reconoció la medida no tiene “sentido per se” sino que el objetivo es “desindexar”.
En tanto, el Viceministro de Economía señaló: “La macro solo resuelve el marco para que se discutan las grandes cosas. No hay que crecer para bajar la inflación, hay que bajar la inflación para ordenar la macroeconomía. Ese es mi intento de contribución en el Gobierno, avanzaremos todo lo que se pueda”.
Sobre el futuro del dólar, reconoció que existe un atraso cambiario, descartó una devaluación y apuntó a que el objetivo es “la brecha cambiaria”. “Hasta que no esté en 10, 15 o 20 por ciento es muy disruptiva, tiene que apuntarse a la unificación”, aclaró.
Además, aseguró que no levantarán el cepo cambiario con una frase lapidaria: “No es posible salir del cepo ahora, si hacés una devaluación y sale mal es un Rodrigazo”.