La Universidad Católica Argentina difundió su informe sobre deudas sociales con datos desde 2010. Hay 18 millones de personas pobres y 3,3 millones de indigentes. Las causas del deterioro y su impacto en el mercado laboral
Las cifras del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) marcan, además, que del 2021 al 2022 el panorama se agravó por la fragilidad de las condiciones macroeconómicas y en particular la alta inflación, aunque la asistencia del Estado impidió que el resultado fuera peor. Hay 18 millones de personas que son pobres y 3,3 millones que son indigentes en la Argentina, según la proyección de los datos de la UCA.
Con un pico durante la pandemia, la situación comenzó a normalizarse en 2021 con la apertura de la economía, pero los datos del tercer trimestre de este año marcan un resultado desalentador.
Esta conclusión resulta similar, con matices, tanto para la pobreza por ingresos como la que se mide en términos multidimensionales.
La marea roja no le permitió escapar a casi nadie: hay un mayor porcentaje de población con trabajo formal que es pobre y hay más gente cubierta por planes sociales; este último dato, que el Gobierno reivindica como un logro, es en realidad la contracara del empeoramiento en las condiciones del mercado laboral, según se desprende de los datos de la UCA difundidos por Salvia. Las mediciones de la universidad fueron particularmente relevantes durante la intervención del Indec, cuando el organismo primero manipuló los datos de la encuesta permanente de hogares y luego directamente dejó de publicarlos mientras la presidenta y sus ministros decían que medir la pobreza era estigmatizante pero también que había menos pobres que en Alemania.