El nombre Adenor Leonardo Bachi poco puede generar, porque no todos saben que detrás de esa denominación de documento nacional de identidad aparece Tite, el apodo del hombre que reconstruyó algo que la selección de Brasil había perdido: respeto. Con este entrenador, el Scratch llegó como gran favorito al Mundial de Qatar 2022, aunque este viernes quedó afuera tras la derrota por penales en el partido con Croacia.
Por fuera de la tristeza que siente la selección de Brasil por haber quedado afuera de la Copa del Mundo, lo cierto es que los hinchas viven también un pésimo momento porque esta derrota precipitó la despedida del DT, que ya había anunciado que se iría una vez que terminara la participación de su equipo en el torneo.
Es que Tite ya había anunciado su alejamiento de la Cararinha aun antes de comenzar la aventura en Medio Oriente. A los 61 años, el técnico llevaba ya seis años y medio como responsable del seleccionado y había decidido que este era su final.
Por eso mismo, tras el resultado adverso de hoy, finalmente el DT reafirmó su salida en una conferencia de prensa que brindó luego del partido con Croacia. “Derrota dolorosa, sin embargo, estoy en paz conmigo mismo. Fin del ciclo”, dijo el técnico, de 61 años, en una rueda de prensa al término del partido jugado en el estadio Education City.
“Como ya dije, acaba mi ciclo. Lo dije hace más de un año y medio. No soy un hombre de dos palabras”, sumó.
Tite llegó a la Selección en 2016, luego de un año sabático y de haber rechazado las chances de dirigir a Japón y a Paraguay. Debió hacerse cargo de un seleccionado que estaba en baja: la debacle comenzó con la catastrófica derrota por 7-1 contra Alemania, en las semifinales del Mundial de Brasil 2014. Y desde aquella caída demoledora en Belo Horizonte se trasladó a otros torneos que siguieron.
En la Copa América de 2015, jugada en Chile, Brasil fue eliminado en cuartos de final por Paraguay, que lo sacó por penales. Al año siguiente tocó fondo: en la Copa América Centenario, disputada en Estados Unidos, quedó fuera en la fase de grupos, que compartió con Perú y Ecuador. Fue entonces cuando la Confederación Brasileña echó a Dunga, quien se había atrincherado en el cargo, y convocó a Tite.
La reconstrucción le permitió ganar la Copa América organizada en su país en 2019, aunque no sin polémica por el triunfo en las semifinales contra Argentina, que se vio perjudicada por el arbitraje.
La revancha para el equipo dirigido por Lionel Scaloni llegó dos años más tarde, cuando venció a Brasil en la final jugada en el Maracaná. De todos modos, la tarea de Tite apuntaba a sacarse la espina de los cuartos de final de la Copa del Mundo de Rusia, cuando perdió contra Bélgica.
Aunque tenía argumentos por las estadísticas el Brasil para pensar que Brasil podía superar a Croacia en los cuartos de final del Mundial de Qatar, porque llegó a ese encuentro con 80 partidos dirigidos en el seleccionado, de los que ganó 60, empató 14 y apenas perdió 6, lo cierto es que no pudo ser.