Argentina y China iniciaron el 2023 con fuertes señales de consolidación de su alianza comercial: se activó el swap tras meses de negociaciones, llegaron fondos para la reactivación de la construcción de las represas en la Patagonia y se espera que en el corto plazo el gigante asiático gire casi US$500 millones para la compra de nuevas formaciones y modernización de la flota de trenes.
Este domingo, en Suiza, el presidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA), Miguel Pesce, se reunió con el Gobernador del Banco de la República Popular China (PBC), Yi Gang, y confirmó que “se ha activado el acuerdo de swap de monedas vigente entre ambas instituciones”.
Según el comunicado que emitió el BCRA, “el swap comprende el intercambio de monedas como refuerzo de reservas internacionales por 130 mil millones de yuanes renminbi y una activación especial por 35 mil millones de yuanes renminbi para compensar operaciones del mercado cambiario”.
Esto quiero decir que el Gobierno tendrá libre disponibilidad sobre los 35 mil millones de yuanes, que al tipo de cambio actual son alrededor de US$ 5000 millones para compensar operaciones del mercado cambiario. En paralelo, mantendrá el resto del swap con el Banco del Pueblo de China como refuerzo de reservas internacionales.
Por otra parte, China desembolsó US$230 millones para la reactivación de las tareas en las represas, que hace años se construyen en la provincia de Santa Cruz. El giro se concretó el viernes, y fue celebrado por el gobierno argentino tras medio año de gestiones para fondear ese proyecto al que considera estratégico.
Se trata del primer desembolso que el China Development Bank efectúa para las represas en cinco años. En ese lapso, el Tesoro nacional inyectó liquidez para que la obra no se detenga por completo. En agosto, en el último día como ministra de Economía de Silvina Batakis, se firmó la ampliación hasta los US$4800 millones del préstamo para las represas del sur, pero el giro siguió demorado.
La situación fue uno de los ejes de la última bilateral que tuvieron Fernández y Xi, en noviembre pasado, durante la cumbre del G-20 en Indonesia. Allí, Fernández y el ministro de Economía, Sergio Massa, plantearon la preocupación por la falta de las divisas para la obra. En esa oportunidad, ambos gobiernos también habían acordado el refuerzo de reservas del BCRA a través de la ampliación del swap de monedas y la libre disponibilidad de US$5000 millones.
Tras ese contacto, Marco Lavagna, jefe del Indec y hombre de confianza de Massa, encabezó las negociaciones con la contraparte china para destrabar los fondos para reanudar las tareas en el sur y a la vez garantizar “la continuidad de 3000 puestos de trabajo, 5000 GWh/año, lo que equivale al consumo de 1.100.000 hogares y con un componente nacional del 75%”, indicó la secretaria de Energía, Flavia Royón.
El proyecto denominado “aprovechamientos Hidroeléctricos del río Santa Cruz” es parte las obras incluidas en los acuerdos del Diálogo Estratégico para la Cooperación y la Coordinación Económica (DECCE).
La obra licitó en 2013, durante el segundo mandato de Cristina Kirchner, pero distintos factores políticos y económicos retrasaron la ejecución. El objetivo, una vez se termine la construcción, es poder generar de 1310 MW de energía limpia.
La construcción está a cargo de Represas Patagonia, una unión transitoria de empresas (UTE) conformada por la china Gezhouba Group Corporation, Eling Energía S.A. e Hidrocuyo.
Desde su nacimiento se estableció que la ejecución sería completamente financiada por bancos chinos, con un repago que se realizaría a partir de la finalización con la generación de energía. Un método similar al que se acordó por Atucha III y que despierta algunos recelos.
El financiamiento total se calculó en un principio en unos US$4100 millones. Hoy trepa a casi US$4800 millones. Pero la Argentina recibió solo US$1300 millones.
El proyecto de Santa Cruz tiene pendiente de giro más de US$3300 millones, que se esperaban recibir para fines de enero de 2023, Según los últimos datos de la Secretaría de Asuntos Estratégicos, que lidera Mercedes Marcó del Pont.
Hasta el momento, el avance llega al 40%, si se tiene en cuenta solo las represas, o menor a 30% si se contempla las de transporte indispensable para aprovechar la generación hidroeléctrica.
A principios de diciembre, tras dos meses de viaje en barco, llegó al territorio argentino la primera turbina para la represa ‘Jorge Cepernic’, construida en China.
Qué otros proyectos esperan por el financiamiento chino
Además de los giros para las represas, figuran entre los proyectos en ejecución, dos acuerdos con el Ministerio de Transporte para el servicio de trenes de pasajeros y de carga.
En el caso de la línea Roca, que une la ciudad de Buenos Aires con el sur del conurbano bonaerense, se firmó en 2019 un entendimiento para que el China Development Bank financiara por US$236 millones para comprar de nuevas formaciones -fabricadas en China- para los ramales eléctricos, pero los giros aún no llegaron a pesar de que el convenio tenía fecha de cierre a mediados de 2022.
El mismo banco tiene en marcha el fondeo de la modernización de los trenes del Belgrano Cargas, por un total de US$2100 millones, de los cuales resta girar US$244,31 millones.