Declarado entre los diez mejores pueblos del planeta, en el 2021, por la Organización Mundial del Turismo, Caspalá se encuentra en pleno desarrollo, inmerso en un proceso de regularización dominial que respeta los derechos de los poseedores ancestrales para acceder a la titularidad de las tierras.
Caspalá es portadora de una belleza única y con un legado cultural ancestral invaluable. El pueblo ubicado en el departamento de Valle Grande a 3.100 metros sobre el nivel del mar, entre cerros dentro los límites de la reserva de biosfera de las Yungas, fue declarado por la Organización Mundial del Turismo como uno de los diez mejores del planeta en el 2021.
Caspalá, a pedido de buena parte de los residentes, inició un proceso de regularización dominial por parte del Estado provincial. Se realizó una mensura sobre la totalidad del pueblo, convirtiéndolo en “el primer pueblo de Jujuy en ser mensurado íntegramente”, según reveló Humberto García, Secretario de Ordenamiento Territorial. Dicho régimen “se concretó respetando en su totalidad los actos posesorios ya existentes”, afirmó.
Durante la instancia de estudio y mesura se reveló una escritura que data del año 1.909, en la que consta la donación al Estado provincial de una superficie de más de 7.000 metros cuadrados en el pueblo de Caspalá por parte de Lázaro Chapur, siendo este un antecedente dominial determinante para que el pueblo no pueda ser objeto de titularidad comunitaria. “Por ley, las tierras que ostentan el carácter de comunitario no pueden ser fraccionadas ni subdivididas, es justamente lo que ocurre en Caspalá”, aclaró García.
Destacó, además, “las numerosas solicitudes, a título individual”, realizadas en su momento por los residentes para que se proceda al fraccionamiento y subdivisión de parcelas, a la vez, García recalcó “la falta de una solicitud formal” para que las tierras sean adjudicadas de forma comunitaria.
“Nunca hubo pedido ante el Instituto Jujeño de Colonización, ni ante la Secretaría de Asuntos Indígenas para que sean consideradas comunitarias”, remarcó el funcionario afirmando que “no pueden pedir tierra comunitaria si esto tiene mensura de fracción desde hace años”.
El trabajo para la regularización dominial del pueblo tiene como punto de partida la mensura desarrollada por la Dirección Provincial de Inmuebles, procedimiento en el que “se respetó a los poseedores ancestrales que vivían ahí”. Dicho régimen tuvo continuidad con la recepción y entrega de documentación a las familias titulares, la firma de solicitudes de adjudicación a título individual y las presentaciones de declaraciones juradas. “En algunos casos concluyendo con la entrega de Constancias de Ocupación a las familias residentes”, indicó el secretario de Ordenamiento Territorial.
García especificó que a la fecha se relevaron 106 lotes con solicitud de adjudicación, declaración jurada y/o con inspección ocular ya realizada. De ese número, 75 expedientes se encuentran caratulados y con trámite en curso, mientras que “se emitieron 66 constancias a nombre de sus poseedores”, detalló.
“El Estado Provincial tiene la voluntad de respetar a los poseedores ancestrales y otorgarles la formal titularidad de las tierras del pueblo”, aseveró Humberto García, al tiempo que ponderó la decisión política del Ejecutivo de llevar adelante el proceso que incluye la mensura, el análisis de documentación de cada grupo familiar, las solicitudes individuales, las Constancias de Ocupación emitidas, “hasta arribar al final con la confección de la Escritura Traslativa de Dominio a sus respectivos titulares”.
Cabe señalar que el pasado 24 de enero se produjo un importante hallazgo arqueológico mientras las maquinarias de Vialidad de la Provincia realizaban trabajos en el suelo en el lugar donde se proyectaba la construcción de una cancha de fútbol y un centro de interpretación. Se descubrieron tres estructuras circulares de 70 a 95 centímetros de diámetro y de 65 a 180 centímetros de profundidad, de origen prehispánico, lo que pone aún más en valor la riqueza cultural de Caspalá y todo su patrimonio, y que a la vez marca la necesidad de concretar un ordenamiento territorial en el que se apoye el desarrollo del pueblo.