La causa había sido cerrada en 1978 como un accidente de tránsito. Anularon ese fallo por “cosa juzgada írrita”. El prelado recibía amenazas tras denunciar en el Vaticano las violaciones a los derechos humanos
La causa por la muerte del obispo Carlos Horacio Ponce de León, titular de la diócesis de San Nicolás de los Arroyos en 1977, dio un sorprendente giro luego de que la Justicia declarara su nulidad y ordenara reabrir el caso para investigarlo como un crimen de la dictadura y no como un accidente de tránsito, tal como había sido archivado.
En específico, la Cámara Federal de Rosario dictó la nulidad por “cosa juzgada írrita” de un fallo de 1978 que había condenado a seis meses de prisión por homicidio culposo a Luis Antonio Martínez, conductor de una camioneta Ford F-100 que el 11 de julio de 1977 había chocado y matado al obispo en la ruta 9.
Por su parte, los jueces acompañaron la hipótesis de la fiscalía y reconocieron que la investigación del caso había presentado “irregularidades”.
Asimismo, descartaron la versión del accidente y confirmaron que el obispo en esa época “estaba siendo objeto de operaciones de inteligencia, seguimientos y amenazas por parte de los órganos represivos del gobierno de facto”, luego de haber denunciado en el Vaticano las violaciones a los derechos humanos que cometía la dictadura en el país.
La sentencia para reabrir el caso fue dictada de manera unánime por la Sala B, conformada por los jueces José Guillermo Toledo, Elida Isabel Vidal y Fernando Lorenzo Barbará, quienes hicieron lugar al recurso del fiscal federal de San Nicolás Matías Di Lello.
Las irregularidades en la muerte del obispo Carlos Ponce de León
El 11 de julio de 1977, Carlos Ponce de León viajaba en un Renault 4 por la ruta 9 junto al seminarista Víctor Óscar Martínez, de 19 años, que estaba realizando el servicio militar obligatorio en la Prefectura Naval de San Nicolás y que se le permitía actuar como el escolta del obispo.
En el kilómetro 212, fueron embestidos por una camioneta Ford-100, que, según la primera investigación, se había cruzado de carril. El obispo, de 52 años, murió en el lugar, mientras que su acompañante sufrió heridas de diversa gravedad.
El juez Oberdán Andrín condenó a Luis Antonio Martínez a seis meses de prisión por homicidio culposo y lo inhabilitó para conducir durante cinco años. Sin embargo, el fiscal federal de San Nicolás Matías Di Lello encontró elementos que prueban se trató de un atentado, por lo que comenzó en 2005 la investigación e intentó reabrir el caso en 2020, pero el juez federal subrogante de Rosario, Marcelo Bailaque, rechazó la petición.
A diferencia de esa ocasión, ahora hay un nuevo informe que sostiene la hipótesis del asesinato. El ingeniero y licenciado en accidentología y prevención vial, jorge Geretto, realizó un peritaje con el programa PC-Crash y concluyó que no se trató de un choque frontal, sino que la camioneta estaba detenida y cruzada de forma transversal sobre la ruta al momento del impacto.
Además, los resultados arrojaron que nadie estaba a bordo de la Ford F-100, dado que, en ese caso, “el chofer y el acompañante hubieran tenido mayores o iguales lesiones a las que sufrió Ponce de León”.
También se encontraron irregularidades en la autopsia realizada en 1977, que afirmaba que el obispo presentaba una “fractura y hundimiento de cráneo”. Sin embargo, un examen antropológico llevado a cabo en 2009 demostró que la zona craneal “se encontraba indemne y sin lesiones óseas”.