Dormir bien es una necesidad y uno de los objetivos que todos buscamos para mantener un estilo de vida saludable. Sin embargo, hay muchos otros temas que preocupan a gran parte de la población. Uno de ellos es la parálisis del sueño.
Aunque muchas personas creen que dormir pueden ser una pérdida de tiempo o que, en realidad, provoca una caída en la productividad, la verdad es que este periodo es esencial para el buen funcionamiento del organismo. Sin embargo, durante el sueño, pueden aparecer algunas situaciones que afecten el descanso, como son la parálisis de sueño y las experiencias fuera del cuerpo (OBE por sus siglas en inglés). Pero de qué se trata cada una y cómo influyen en el día a día de las personas.
A pesar de lo que puedas pensar, este problema, como sucede con el insomnio, está muy extendido en nuestra sociedad. Debido a lo complicado que es explicarlo, ha dado lugar a una gran cantidad de teorías que poco tienen que ver con la realidad.
De acuerdo con los cálculos de los expertos, hasta un 60% de las personas han padecido alguna vez en su vida parálisis del sueño. Se trata de un angustioso episodio que se puede dar cuando entras en el sueño o al despertarte. Consiste en no poder mover ni los brazos, ni el cuello, ni el tronco o las piernas. Además, suele ir acompañado de presión en el pecho. Otros síntomas son no poder oír ni ver, pero sí girar los ojos. En otras palabras, es como estar muerto, pero consciente.
También se puede tener la sensación de que el colchón se hunde o de que el cuerpo flota. Este trastorno se relaciona con los viajes astrales o la presencia de espíritus, aunque esto no es una realidad.
La parálisis del sueño puede durar desde unos cuantos segundos hasta tres minutos. Después del episodio, los afectados suelen sentir angustia o terror. En realidad, este trastorno se produce por un desfase temporal entre la entrada en la fase REM y la de relajación muscular total.