El grave cuadro de dolor lumbar que afectó al presidente Alberto Fernández a principios de esta semana tuvo este jueves el paso por el quirófano para realizarle un bloqueo radicular, práctica que realizó en el Sanatorio Otamendi el doctor Mario Diez, y como se trata de una práctica de carácter ambulatorio el Mandatario regresó cerca de las 19 a la Residencia de Olivos.
Un breve comunicado de la Unidad Médica Presidencial se limitó a destacar que la intervención había sido cumplida, indicando solamente que Fernández seguirá en Olivos con los controles correspondientes. El bloque radicular, que consiste en infiltrar entre los discos que provocan el dolor medicamentos específicos, tiene como primer objetivo sacar al Mandatario de la crisis aguda, con los dolores tan duros a que trae aparejados una hernia de disco, y si los efectos se prolongan en el tiempo, evitando que el problema avance, se puede evitar la solución de fondo que es ya una cirugía completa, buscando reemplazar de manera los discos cartilaginosos que “amortiguan” y evitan el roce de los discos vertebrales.
Si bien en un principio Alberto Fernández había dicho que la infiltración tendría lugar el día viernes, se terminó cumpliendo con ese paso este jueves, y debe destacarse que el Mandatario tiene previsto viajar el próximo viernes a República Dominicana para asistir a la Cumbre Iberoamericana.
El parte médico difundido por Presidencia el martes por la noche había señalado que en el mismo Otamendi al jefe de Estado “se le realizaron los estudios correspondientes, evidenciándose una hernia de disco lumbar. Por tal motivo se realizará un bloqueo radicular programado en 48/72 horas”, es decir, una intervención que apunta a lograr una mejoría duradera al dolor “mediante el uso de antiinflamatorios esteroideos (corticoide)”.
Se indicó entonces que había que esperar 48 horas hasta el bloqueo debido a que el mandatario toma anticoagulantes producto de la afección pulmonar que sufrió en 2019 y para realizar el procedimiento se necesita cortar el efecto de los mismos. “El dolor se aplacó, pero debo acotar mi movilidad”, contó entonces Alberto Fernández sobre su estado de salud.