El candidato oficialista logró en la madrugada un ajustado triunfo frente a Luis Juez. Hubo un lento escrutinio, tensión y quejas en los dos búnkers.
El peronismo cordobés lo hizo de nuevo. Retuvo la gobernación de Córdoba y prolongó por 4 años su supremacía en la provincia. Martín Llaryora logró un ajustado triunfo frente a Luis Juez y se convirtió en el nuevo gobernador. Una falla en el escrutinio le impidió festejar en las primeras horas del lunes como tenía pensado.
A las 9 de este lunes, el vocal del Tribunal Electoral, Leonardo González Zamar, informó que Llaryora aventaja por 57 mil votos a Juez cuando restan computar 100 mil sufragios. Pasadas las 10, el escrutinio se detuvo en el 94,90% de las mesas y la distancia quedó en 3% entre los dos candidatos.
Durante la madrugada hubo demoras en la carga de algunas escuelas por problemas de conexión y eso generó que el conteo de votos tenga que ser en forma manual. El 85% de las mesas se escrutaron a un ritmo parejo pero después el conteo se frenó. Pocos minutos antes de la 1 de la mañana Juez salió a hablar y se quejó. “El partido no está terminado”, aseguró. Sin embargo, dejó entrever que la derrota era inevitable.
En cambio Llaryora se autoproclamó ganador en base a los datos de las mesas testigos de “Hacemos unidos por Córdoba”. “Tenemos 50.000 votos de diferencia. Todo el mundo tiene las actas y sabe que la tendencia es irreversible. Dentro de pocas horas vamos haber ganado la gobernación de la provincia”, explicó pasadas las 2 de la mañana.