El joven inglés, que brilló de la mano de Mauricio Pochettino en el Tottenham, habló de los problemas que afectaron su niñez y afirmó que quiso dejar de jugar al fútbol.
Dele Alli, el joven futbolista inglés que brilló bajo el mando de Mauricio Pochettino en el Tottenham, decidió romper el silencio después de varios años de escándalos y bajas producciones en los campos de juego. El actual jugador del Evertonse confesó en la TV inglesa y señaló que está tratando de superar los traumas de una infancia escalofriante en donde sufrió un abuso sexual, vendió drogas y sufrió diversas adicciones.
“Me da miedo hablar de eso. Cuando volví de Turquía (estuvo un par de temporadas en el Beksitas) me enteré de que necesitaba una operación. Estaba muy mal mentalmente y decidí ir a un centro de rehabilitación de salud mental. Tratan adicciones y traumas. Sentí que era mi momento. No te pueden decir que vayas, tienes que saberlo y tomar la decisión tú mismo o no funcionará”, comenzó relatando el talentoso volante en el programa The Overlap, que conduce el exfutbolista Gary Neville.
“A los seis años, abusó sexualmente de mí un amigo de mi madre, que estaba mucho en la casa. Mi mamá era alcohólica. Me enviaron a África para aprender disciplina y luego volví”, recordó el jugador.
Pero eso no es todo. La falta de una familia hizo que entrara en un espiral de marginación y violencia del que le costó salir: “A los siete, empecé a fumar; a los ocho, empecé a traficar con drogas. Una persona mayor me dijo que no detendrían a un niño en una bicicleta, así que anduve con mi pelota de fútbol, y luego debajo llevaba las drogas. A los once, me colgaron de un puente. Fue un tipo del vecindario de al lado, un hombre”, reveló.
Afortunadamente, la vida de Dele Alli pegó un giro rotundo cuando fue adoptado por una familia a los 12 años. Ellos le dieron la contención que necesitaba y pudo dejar atrás los horrores de su infancia: “Fueron increíbles. No podría haber pedido mejores personas para hacer lo que hicieron por mí. Si Dios creó a las personas, fueron ellas”, les agradeció.
Sin embargo, los fantasamas volvieron a aparecer a los 24 años. Dele Alli ya era una figura consagrada del fútbol, pero no estaba feliz. A tal punto que analizó retirarse: “Una mañana me levanté y tenía que ir a entrenar. Recuerdo que me miré al espejo y me pregunté si podía retirarme ya. Con 24 años. Haciendo lo que me gusta. Para mí fue desgarrador. Siempre he sido yo contra mí mismo en todo…Estaba atrapado en un mal ciclo y en cosas que me estaban haciendo daño”.
Por último, Alli señaló que hizo esta confesión para ayudar a otras personas que están en su misma situación.