La leucemia no es un cáncer desde el punto de vista técnico, pero al ser una patología maligna, se la entiende como tal.
Hay dos grandes grupos de leucemias:
Las crónicas, que se descubren habitualmente de casualidad en exámenes de rutina y son casi exclusivos de los adultos de más de 60 años.
Las leucemias agudas, que es la que habitualmente la gente entiende por leucemia, que son esos procesos mucho más graves y que son enfermedades que, si uno no hace un tratamiento, llevan inexorablemente a la muerte por complicaciones propias de la enfermedad.
La leucemia se da cuando el control del crecimiento de las células escapa al control normal que tiene nuestro organismo y empieza a proliferar y crecer un grupo de células anormales que va invadiendo la médula ósea, va reemplazando las células normales y esto hace que empiece a faltarnos las células que normalmente la médula tiene que producir.
Las últimas décadas fueron sumamente prolíficas en términos de innovación para el manejo de todas las leucemias.
Algunos síntomas son fiebre, falta de plaquetas, sangrados, hematomas en la sangre, sangrados en la nariz, sangrados por el tubo digestivo, sangrados en las encías, o se nos hinchan las encías como si estuvieran inflamadas e infecciones por la bajada de nuestras defensas