Las enfermedades cardiovasculares se ubican entre las primeras causas de mayor número de muertes a nivel mundial. La detección temprana es la solución más viable para atenuar los síntomas. Factores como la obesidad, la presión alta o el aumento de la glucosa son las principales causas.
Algunas enfermedades cardiovasculares tales como los accidentes vasculares cerebrales (AVC), ataques al corazón, accidentes cerebrovasculares (ACV), entre otras, se deben en mayor medida a una combinación de hábitos característicos de la vida moderna.
Un cóctel de estrés, mala alimentación, tabaquismo, sedentarismo y obesidad desembocan en alguna o varias de las llamadas enfermedades cardiovasculares, las cuales pueden prevenirse y hasta evitarse mediante la adopción de una rutina más saludable.
Entre las principales causas de enfermedades cardiovasculares, en rasgos generales, se encuentran:
Niveles elevados de colesterol, triglicéridos y otras sustancias grasas en el torrente sanguíneo.
Presión arterial elevada o hipertensión.
Desórdenes metabólicos.
Diabetes
Obesidad
Alto nivel de ácido úrico en la sangre.
Malformaciones congénitas del corazón.
Consumo de bebidas alcohólicas y tabaco.
Otros factores naturales como la edad y el consecuente envejecimiento celular son causas de enfermedades cardiovasculares.
La detección precoz, el tratamiento adecuado y la ingesta de determinados fármacos recetados son cuestiones fundamentales para resguardar la vida.
Muchas enfermedades cardiovasculares requieren de intervenciones quirúrgicas, colocación de prótesis o válvulas, para lo que se necesitan centros sanitarios, médicos especializados y medicación apropiada, en tratamientos de alta complejidad.