El ministro de Economía anunció este lunes la modificación en el mínimo no imponible de la carga tributaria a partir del 1 de octubre. ¿Cuál será el impacto en los bolsillos de los trabajadores y cuántos se verán afectados?
l ministro de Economía, Sergio Massa, anunció este lunes por la tarde que el mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias pasará a ser, a partir del 1 de octubre, de $1.770.000.
De esta manera, y a falta de la publicación de la disposición en el Boletín Oficial, habrá un salto de más del 100% desde el umbral actual, que se ubica en $700.857.
Esta nueva cifra responde a 15 Salarios Mínimos, Vitales y Móviles (SMVyM) y representa 20,2 jubilaciones mínimas. Sin embargo, no se mantendría fija: al mismo tiempo, el titular de la cartera económica enviará un proyecto de ley al Congreso para que las actualizaciones sean semestrales.
“Hemos decidido enviar al Congreso Nacional una ley que elimina la cuarta categoría de impuesto a las Ganancias para todos los trabajadores y jubilados de la Argentina”, expresó Massa desde un escenario montado a metros de la Casa Rosada y frente a un grupo de militantes sindicales.
Con estas modificaciones, y según un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), solamente 90 mil personas tendrán retención de ganancias cuando se oficialice lo anunciado por el candidato presidencial por Unión por la Patria.
Este número simboliza un 0,9% de los 9,6 millones de trabajadores y trabajadoras registradas, reveló la entidad en el documento.
“Para que se entienda bien: en la Argentina solo van a quedar gerentes, directores de empresas, jubilaciones de privilegio o beneficiarios por ser directores de compañías de altos ingresos, pagando el impuesto a las Ganancias. Los trabajadores, sus horas extras, sus viáticos, no pagan más”, detalló el propio Sergio Massa en el acto en donde comentó la medida.
El nuevo porcentaje, claro está, será el menor jamás registrado para esta carga tributaria. La marca anterior se había dado en 2021, con un 8,1%. Sin embargo, a partir de la inflación, la pérdida del poder adquisitivo, las negociaciones salariales vía paritarias y la falta de actualizaciones que estén a la par de dicha coyuntura, la cifra fue subiendo hasta el 9,5% previo a esta nueva disposición.