Durante tiempos estresantes, es posible que no siempre podamos cambiar la realidad del momento. Sin embargo, hay técnicas que ayudan a reconocer las pequeñas victorias que todos tenemos cada día.
Cada vez más investigaciones respaldan que una actitud de agradecimiento lo que hace feliz al ser humano. Y según un nuevo trabajo publicado en El Diario de Psicología Positiva, también podría ayudar a retener el impacto de los recuerdos positivos y hacer que las personas se sientan más conectados espiritualmente.
Para este estudio, los investigadores querían explorar la relación entre la gratitud y el bienestar, es decir, observar las diferencias entre la gratitud a Dios, la gratitud a los humanos y la gratitud general. También buscaron explorar cómo la gratitud impacta los recuerdos.
Los participantes fueron asignados al azar para recordar un evento feliz, un beneficio causado por el hombre o un beneficio causado por Dios. Luego, los participantes informaron sobre cómo el recuerdo los hizo sentir, y que sintieron realmente cuando sucedió.
Y curiosamente, los recuerdos que involucraron gratitud mostraron menos declive, en el afecto positivo, en comparación con otros recuerdos agradables. Como explican los autores del estudio, “Una forma en que la gratitud podría mejorar la felicidad es porque los recuerdos de agradecimiento tienen un impacto emocional positivo que no se desvanece con el tiempo”, y agregan: “Los recuerdos felices y divertidos se desvanecen con el tiempo, significativamente más que los recuerdos de gratitud”.
“Defino la gratitud como una práctica de hacer espacio para el aprecio. Esta apreciación podría ser por las personas, cosas y experiencias que tenemos en nuestra vida. También puede incluir el aprecio por nuestras propias cualidades y esfuerzos que hemos hecho en nuestra vida”, afirma el psicólogo licenciado Snehal Kumar.
Cómo ser más agradecidos
“Puede ser tan simple como reducir la velocidad y notar las pequeñas cosas, pensar en el panorama general y estar agradecido por dónde estás y lo que tienes”, señala el experto en salud mental, que agrega que la gratitud puede incluir todo, desde el aprecio por las experiencias, las personas y su poder superior, pero también la apreciación del yo.
“Como todo, cultivar la gratitud puede requerir práctica y atención plena. Pero cuanto más adquieres el hábito de ser agradecido, más cosas encuentras por las que estar agradecido”, resume y acerca los pasos para ponerla en práctica:
- Incorporar una práctica de bondad en la práctica de gratitud, donde se consideren las necesidades y las realidades de la vida.
- Incluir gratitud por 1) las personas en tu vida, 2) cómo se desarrollaron las cosas, así como 3) las decisiones que tomaste. Este equilibrio ayuda a reconocer el trabajo de uno mismo, así como el apoyo a su alrededor, incluso en circunstancias en las que las cosas no salen exactamente como se planeó.
- Considerar prácticas formales e informales para ver qué se siente mejor: Práctica formal: Puede tomarse 2 minutos todos los días o todas las semanas para escribir o pensar por lo que está agradecido. Si la intención es aumentar la memoria de gratitud, escribirlo puede ser realmente útil. Práctica informal: Socialmente, estamos entrenados para ir por ahí diciendo gracias de manera realmente automática. Buscar aperturas en la vida diaria para hacer espacio para la apreciación genuina.
- Establecer metas y límites realistas: crear un entorno que permita que esta práctica crezca al: Identificar una meta realista: Si tres veces a la semana durante dos minutos se siente más realista que todos los días, comience allí. Crear una rutina realista: Adjuntar esta práctica a algo que ya se hace de manera rutinaria puede ser útil, ya sea con el café de la mañana o justo después de cepillase los dientes. Proteger el tiempo y la energía para esta práctica: Identificar y honrar los ritmos, y encontrar un tiempo y un espacio que funcione mejor para la intención de crear esta práctica.
“Dejemos que la gratitud se derrame a nuestro alrededor. Tratemos de dar las gracias cada día a una persona. Animémonos a ser amables. Reconozcamos a quien se lo merece. Alabemos la generosidad, la valentía, la autenticidad. Comencemos así una ola de gratitud, y notemos la diferencia que puede hacer en el mundo”, concluye el psicólogo.