Columnista invitada (*) Un especialista en otorrinolaringología indicó que es fundamental el diagnóstico y tratamiento temprano de las hipoacusias para evitar agravantes.
La hipoacusia, sordera o pérdida auditiva, es un trastorno sensorial que consiste en la incapacidad para escuchar sonidos, y que dificulta el desarrollo del habla, el lenguaje y la comunicación. Puede presentarse en forma unilateral, cuando afecta a un solo oído, o ser bilateral cuando ambos oídos están afectados.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se define a la pérdida auditiva de acuerdo a distintos niveles de severidad. Estos niveles comprenden desde leves, entre 26-40 dB, moderados 41-60 dB, severos 61-80 dB y profundos 81 dB o mayor.
La hipoacusia o pérdida auditiva representa una dificultad que afecta a alrededor de 360 millones de personas en todo el mundo, determinando distintos niveles de discapacidad que van desde el aspecto físico hasta lo social y psicológico, explicó Fernando Diamante, Médico Otorrinolaringólogo de la Facultad de Medicina de la UBA (M.N. 93.626)
Diamante, quien es otólogo director del equipo de implantes cocleares Libertador, añadió: “Dependiendo de la gravedad, las frecuencias afectadas y la etapa de vida en que se manifieste, la hipoacusia puede causar un daño profundo al desarrollo del habla, el lenguaje y las habilidades cognitivas, especialmente si comienza en niños en etapa prelocutiva”.
Tips de cuidados y controles
La mejor forma de preservar el sentido de la audición, es realizar los controles programados del embarazo y a lo largo de toda la vida las consultas periódicas al especialista, evitando exponerse a todos los factores de riesgo (ej: sonidos intensos, medicamentos ototóxicos, no automedicarse, etc) y realizar la consulta precoz ante cualquier molestia, aclaró Diamante.
En tanto, existe una ley Nacional de “Screening auditivo” para detección temprana que se debe realizar a todo recién nacido (Ley Nacional N° 25.415/2001). Este estudio son las “Otoemisiones Acústicas” (OEA), las cuales nos informan sobre el estado auditivo del recién nacido. Luego de este primer período, es importante realizar controles anuales a todos los niños, durante la etapa escolar, así detalló el especialista.
Pautas de alarma, según el especialista
En la etapa anterior al desarrollo del lenguaje, puede no haber síntomas, pero sí algunas señales de alarma:
- Falta de reacción del niño ante ruidos fuertes.
- El bebé no balbucea o deja de hacerlo.
En otras etapas de la vida, la pérdida de audición se puede manifestar con síntomas como:
- Problemas para seguir una conversación que se produce entre dos o más personas.
- Dificultad para oír en ambientes con mucho ruido.
- Dificultades en la escuela.
- Trastornos de conducta.
- Problemas para diferenciar sonidos agudos.
- A veces puede producirse sensación de falta de equilibrio o mareo, sensación de presión en el oído o escucharse un zumbido.
La detección e intervención oportuna son fundamentales para disminuir las consecuencias de la pérdida de audición en edades tempranas. Un niño detectado y equipado en los primeros años de vida, no presentaría diferencias en el desarrollo y adquisición del habla, y a lo largo de su vida, en comparación a niños normoyentes. Por lo tanto es fundamental el diagnóstico y tratamiento temprano de las hipoacusias.
Hipoacusia sensorial unilateral: ¿Es algo nuevo para la ciencia?
“Hace relativamente poco tiempo, se comenzó a tener en cuenta los trastornos que trae aparejada una pérdida auditiva de un solo oído, por más que el otro oído presente audición normal y se consideró como una discapacidad”, señaló Diamante, a la vez que agregó: “Actualmente existen gran cantidad de trabajos que abordan el tema de la hipoacusia unilateral y la importancia del diagnóstico y tratamiento temprano, con el fin de evitar una gran cantidad de trastornos que van a impactar a lo largo de toda la vida”.
La incidencia de hipoacusias en países desarrollados es de 1.86 cada 1.000 nacidos, de los cuales el 30% al 40% son unilaterales y afectan entre 0.4 a 34 cada 1.000 nacidos vivos. Esto representa que 1/50 de cada 1.000 niños en edad escolar presentan esta afección. En tanto, tiene una prevalencia en edad escolar de entre el 3 y 6 % y se estima que de 12 a 27 individuos cada 100.000 de la población general tienen sordera unilateral.
Los niños con hipoacusias unilaterales repiten de grado entre un 24% a 35% y el 12% a 60% requieren de apoyo escolar. También presentan mayor trastornos de conducta y tienen desarrollo tardío del lenguaje comparado con niños normoacúsicos. Los trastornos de calidad de vida en niños no está bien cuantificada aún, sin embargo se sabe que en adultos genera efectos psicosociales negativos, disminuye la calidad de vida, genera sentimientos de frustración, genera vergüenza, molestias y aumenta el handicap auditivo.
En consecuencia las hipoacusias unilaterales necesitan del diagnóstico e intervención temprana. La demora en la intervención compromete el normal desarrollo del lenguaje y de la comprensión, junto a los peores resultados en la educación, dijo el especialista. Además el impacto en hipoacusia unilateral se observa en la localización sonora, reconocimiento del habla, desarrollo del lenguaje, desempeño social, emocional y la conducta, pero sobre todo en el rendimiento académico.
La importancia del tratamiento temprano
“Un tratamiento temprano, nos garantiza el funcionamiento del oído dañado y la restauración de la biauralidad con la mejoría de la discriminación y la orientación espacial. Estos pacientes se ven beneficiados con distintos equipos auditivos, los que mejoran su percepción auditiva, pero en la actualidad el único que sería capaz de restaurar la vía auditiva es el implante coclear. Este dispositivo se coloca mediante un procedimiento quirúrgico, y es accesible a una gran mayoría de la población”, indicó el médico.
En tanto, señaló: “La audición representa uno de los sentidos más importantes para la vida de relación y conexión con el medio que nos rodea. Por esto resulta primordial su cuidado desde etapas tempranas de la vida, y a lo largo de toda esta”.
“Hay muchos factores que resultan nocivos que no es conveniente menospreciar. Hoy en día la exposición a ruidos intensos es uno de los flagelos que mayor impactan en la pérdida auditiva y no se tienen en cuenta como debieran, los cuidados que debemos tener ante estos”, expresó.
Diamante dijo: “También es importante destacar que, debido a la gran cantidad de dispositivos que tenemos hoy en día, existen múltiples posibilidades de tener mejoras importantes ante las pérdidas auditivas, debiendo consultar en forma temprana ante cualquier dificultad que se nos presente”.