La casa Zorrilla de Montevideo remató hoy 60 hojas “en muy buen estado”, mecanografiadas y comentadas. La Biblioteca Nacional pujó pero no pudo. El dueño es ahora un particular.
El piso era de 12 mil dólares, suponían que se llegaría a 20 mil, pero alguien ofreció 36 mil. Y así se subastó un Cortázar clave e inédito.
Se trata de un cuadernillo tipeado a máquina por el propio Julio Cortázar en 1952, cuando intentaba darle forma definitiva a Historia de cronopios y de famas. El lote 187 que acaba de ser rematado en la casa Zorrilla de Montevideo consta de 60 hojas “en muy buen estado”, mecanografiadas y comentadas.
Contiene “las típicas correcciones en birome que exigía la máquina Royal con la que produjo muchos de sus textos”, explica la periodista Dolores Pruneda Paz. Son 46 relatos breves, siete de ellos inéditos, rescatados del olvido tras siete décadas de haberlos creído perdidos.
La Biblioteca Nacional pujó pero perdió: no logró quedarse con este preciado tesoro. Lo hizo por teléfono ya que el remate no era presencial. Quien lo compró fue un particular por 36 mil dólares. No se conoce su identidad.
Son 46 relatos, “35 formaron parte de una primera edición realizada en Buenos Aires 10 años más tarde de haberse escrito ese original, en 1962, algunos con variantes, incluso hasta con un título cambiado, pero con el mismo contenido; cuatro que fueron publicados en revistas literarias mientras Cortázar vivía; y otros siete inéditos hasta ahora”, explicó Roberto Vega, director de la casa argentina de antigüedades Hilario, que fue la responsable de catalogar esas obra.
Los mecanoscritos estaban en la biblioteca de una persona ya fallecida en Montevideo de la cual se desconoce su nombre. La prensa uruguaya lo llama “el emperador de los libros del Río de La Plata”. Se sabe que su hijo encontró la caja creyendo que no tenía valor.
Se tardó casi un año en acreditar la veracidad de estos textos mecanografiados. Fue gracias al trabajo minucioso del escritor uruguayo Aldo Mazzucchelli y del librero anticuario argentino Lucio Aquilanti, dos expertos en la producción cortazariana. Los títulos de algunos de estos relatos encontrados son “Inventario”, “Los viajes y los sueños” y “Diminuto unicornio”.
Se trata de textos que, en palabras de Vega, “nos muestran a un Cortázar íntimo, un Cortázar que se comunica con sus colegas y referentes, que estando en París y alejado de la Argentina no pierde el contacto con sus amistades y, que desde la alegría de sus hallazgos literarios, les comunica en distintas cartas que está escribiendo sobre las costumbres y derroteros de unos bichos que ha descubierto y que decidió llamarlos cronopios, famas y también las esperanzas”