A los perros les gusta estar con sus dueños, pero también deben disfrutar o estar tranquilas cuando estos se ausentan.
Que nuestro perro no haga un drama por quedarse solo en casa depende, en gran medida, de la educación que le hemos proporcionado en sus primeros días en el hogar. Debemos cuidar nuestro comportamiento, ser muy ‘neutros’, como nos indican los expertos, y tener siempre en cuenta cómo se pueden comportar estos animales de forma natural. Aunque tengamos muchas ganas de achucharles, abrazarles y darles todos los mimos que se merecen, pasarnos con estas muestras de cariño o ser demasiado protectores puede ser la semilla que acabe desencadenando problemas de conducta.
Asentar las bases de un buen comportamiento en casa
El primer día en el que nuestro perro entra en el hogar es crucial. Es más, el comportamiento que tenga en casa, o cuando se quede solo, puede depender de esas primeras horas en las que reconoce el lugar que va a convertirse en su espacio. Y ¿cómo conseguimos que asocie nuestra casa con un lugar donde puede estar tranquilo y sentirse a salvo? El educador canino Carlos Carrasco, autor del libro ‘Haz equipo con tu perro’, explica que el primer día debemos evitar cualquier tipo de alboroto y comportarnos de la forma más tranquila y neutra posible.
Por ejemplo, aconseja que la llegada de nuestro can a casa se realice por la mañana y que ese día estén únicamente las personas que van a vivir regularmente con el perro. Hay que tratar de contener emociones que puedan exaltarle, ya que la casa tiene que ser el lugar de descanso y tranquilidad, es decir, el equivalente a la guarida en la naturaleza donde los cánidos duermen y descansan.
Previamente, habremos preparado el espacio y adaptado para que no tenga ningún accidente (ojo con los cables, los enchufes o todo aquello que pueda suponer un peligro para la mascota). También habremos previsto cuál va a ser su lugar de descanso. Un sitio que no sea de paso y que nuestro perro pueda estar tranquilo. Allí le dejaremos su colchoneta, su bebedero, algún juguete y trocitos de comida. De este modo, se establecerán asociaciones positivas con el espacio. “Lo que queremos es que nuestro perro sepa que en ese lugar pasan cosas buenas”, señala el entrenador canino.
Carrasco también aconseja que establezcamos un perímetro en ese lugar, por ejemplo, con un corralito para cachorros o las mismas vallas que se usan para bebés. Si el perro lloriquea, no debemos hacerle caso. Solo iremos a verle varias veces al día cuando el perro esté tranquilo. En ese caso, además, le dejaremos salir de su espacio para que olisquee el resto del hogar. Si se mete en algún sitio que no queremos, o que puede resultar peligroso, por ejemplo, detrás de un armario, lo sacaremos de allí de forma neutra, sin aspavientos. En general, el trato con él debe ser así, neutro.
Déjale solo de forma gradual
Antes de dejar a tu perro solo durante largos períodos de tiempo, comienza con ausencias cortas y gradualmente ve aumentando la duración. Esto le permite acostumbrarse a estar solo sin sentirse abrumado. Comienza con solo unos minutos y luego aumenta el tiempo a medida que tu perro se sienta más cómodo. No hay que darle mucha importancia al momento en que se queda solo. Debemos mostrarle que el hecho de que nosotros entremos y salgamos de casa es lo habitual. No conviene despedirse ni saludarle efusivamente cuando entremos en casa.
Por otro lado, para asegurarte de que tu perro se sienta más tranquilo cuando te ausentas, es fundamental establecer una rutina predecible. Esto implica seguir un horario regular para las comidas, los paseos y el tiempo de juego antes de salir. Esta estructura ayudará a que tu perro se sienta seguro y comprenda que tu ausencia es parte de su rutina diaria. Además, antes de salir, asegúrate de que haya tenido suficiente ejercicio, ya que un perro cansado tiende a relajarse más fácilmente durante tu ausencia. Como decíamos, evita las despedidas dramáticas y los saludos exagerados al regresar. Espera a que tu perro se calme antes de darle atención. Esto ayuda a que el perro no asocie tu partida y llegada con emociones intensas.
Cómo gestionar la soledad
La mayoría de los perros se quedan solos en casa o en el jardín. Pero no todos desarrollan ansiedad por separación, una situación que puede convertirse en un verdadero problema tanto para el perro como para sus propietarios. ¿Cómo saber si la padece? “Los perros son muy transparentes con sus emociones, si tienen ansiedad por separación u otro problema, por lo general nos lo van a mostrar, es probable que vocalizando o con cambios pronunciados en su comportamiento. De hecho, cuando los perros están pasando por este proceso, ladran, lloran, rascan las superficies y también intentan huir o autolesionarse”, explica Jesús Flórez-Estrada Pérez, cirujano de AniCura Constitución Hospital Veterinario.
En estos casos, es importante contactar con un profesional de la etología o hablar con nuestro veterinario. Es necesario, con su ayuda, distinguir si realmente se trata de ansiedad por separación o no para establecer el tratamiento más adecuado para el bienestar de nuestra mascota.