A 40 años de su salida, el debut de la famosa banda sorprendió al rock argentino con canciones como “Jugando hulla-hulla”, “25 estrellas de oro”, “Cleopatra la reina del twist” y “Pensé que se trataba de cieguitos”, entre otras. Las curiosidades del álbum.
En 1983, de la noche a la mañana, Los Twist se convirtieron en uno de los grupos más exitosos del rock argentino. La dicha en movimiento, su disco debut, fue un aire fresco en un país que se preparaba para recibir la democracia luego de años oscuros de dictadura. Según publica Wikipedia, el material vio la luz el 17 de octubre de 1983, aunque algunas publicaciones especializadas de la época destacaron su presentación oficial para el público unos meses antes, en agosto. “Los Twist, Gardel y Perón”, como decía la letra de uno de los hits del álbum.
Letras con humor e ironía. Una música que invitaba al baile en una época marcada por canciones de protesta o los últimos coletazos del rock llamada progresivo. El movimiento new wave asomaba la cabeza y aparecían los primeros modernos, aquellos que Charly García definió como “los raros peinados nuevos”. Los Twist se sumaron a otros grupos como Soda Stereo, Virus, Sumo, entre otros, que cada noche desplegaban su propuesta en los bares porteños del under. Zero, Marabú, Einstein y los shows en el Parque Genovés, fueron testigos directo de la efervescencia musical de estos jóvenes a principio de los´80.
Es recordada una foto de una presentación del grupo en Einstein en 1983 donde Luca Prodan aparece cabeza abajo colgado de una viga del techo entre el público. Y hasta Pipo Cipolatti, cantante y guitarrista de Los Twist, hizo las instalaciones eléctricas del recordado bar.
“Ellos tienen la propuesta rotunda e hilarante para sacudir la tristeza y poner un poco de sana alegría a la gente”, destacó la revista Pelo en su número de septiembre de 1983. Una propuesta sonora con pinceladas de rock, twist, ska, reggae y mucho más. La dicha en movimiento no faltó en ninguna fiesta por aquellos días. Tanto el lado A como el B estaban cargados de hits como “Jugando hulla-hulla”, “25 estrellas de oro”, “S.O.S, sos una rica banana”, “Salsa”, “Cleopatra la reina del twist” y “Pensé que se trataba de cieguitos”, entre otras.
El desafío de grabar el debut de Los Twist en tres días
Pipo, Daniel Melingo (guitarra y voz), Eduardo Cano (bajo), Fabiana Cantilo (Coros), Gonzalo Palacios (saxo) y Polo Corbella (batería) grabaron ese primer trabajo en tiempo récord con la producción de Charly García.
“Todo se hizo en 29 horas y media. A Charly (García) le sobraron unas horas en el estudio y nos llevó derecho a grabar. Hacíamos muchos temas new wave, fue una gran época”, le contó Pipo Cipolatti a La Viola hace unos años.
“Teníamos tres días. El primero lo dedicamos a grabar la música, el segundo las voces, con los tres cantantes que tenía el grupo, Pipo, Melingo y Fabi, y el tercero para la mezcla. En la primera jornada de trabajo fuimos con Amilcar a ajustar todo. Para hacer más rápido le puse los efectos directamente a las voces, una técnica que nunca más volví a usar. Por eso suenan iguales en todas las canciones”, recordó Mario Breuer, ingeniero de sonido, sobre aquella grabación en el estudio Panda.
“Charly nos vio una noche en Satchmo y nos dijo que quería tocar con nosotros. Así comenzó el contacto. Después apareció en un ensayo y nos dijo que en una semana empezábamos a grabar. Metimos un 50 por ciento de material nuevo y otro cincuenta de material viejo”, destacaron los integrantes de Los Twist en una entrevista de la época.
“Todos los temas están nucleados por la frescura, la alegría, y la pureza. El disco se grabó de una forma especial porque todas las bases las tocamos en vivo, como si estuviéramos tocando frente al público. Eso tiene mucho que ver con el sonido puro y fresco que logramos. “Charly encontró el sonido y le dio los planos. Nos tomó como una cosa en bruto y nos armó dentro de un estudio de grabación con un concepto de producción que nos satisfizo”, completó el artículo.
“Charly me conoció y le interesó lo que yo hacía. Me vino a ver al Einstein. La discográfica le dio ese tiempo para grabarlo. Daniel Melingo me llamó y me dijo ‘mañana grabamos un disco’”, recordó Fabiana Cantilo.
“La propuesta es la alegría. Nosotros somos la dicha en movimiento. Las letras tienen mucho humor y un poco de sátira. Queremos que la gente vuelva a reírse: Aquí las únicas diversiones que hay son alienantes. Nosotros proponemos rescatar el baile como una cosa linda, divertida y sana. Es aburrido ir a oír a un grupo y verlo desde la butaca sin participar. Nosotros queremos provocar una reacción en el público, queremos desatar el movimiento y hacer una fiesta.
El nombre del disco tiene que ver con el manual de toxicología de la Policía Federal Argentina que tenía Pipo, su padre pertenecía a la policía, donde la definición de cocaína decía: “Raviol. La dicha en movimiento”.
Los detalles de la tapa del disco
La tapa se destaca por su fondo amarillo con las letras del nombre del grupo en colores. “Ese amarillo lo saqué de una promoción de Pepsi que había en ese momento en un supermercado”, describió el artista Nebur, seudónimo de Rubén Vázquez.
“Una noche, poco después de haber grabado el álbum, Nebur puso con Letraset en un papel la palabra Los Twist, con todas las letras desaliñadas y me lo dio. Me lo guardé en el bolsillo de atrás del pantalón y seguimos de caravana”, recordó Daniel Melingo en el libro “A todo volumen”.
Y agregó sobre la historia: “Terminamos de mañana en los Lagos de Palermo tomando mate alrededor de una fogata. Pasaron los días y una tarde Rubén me preguntó ‘¿Y te gustaron las letras para la tapa?’. ‘¿Qué letras?’ le respondí. Cuando meto la mano en el bolsillo tenía un papelito todo doblado. Al abrirlo las letras estaban ajadas y le dije ‘¿Estas?’ ‘Están buenas’. Rubén amplió ese mismo papel, le chantó todo lo otro encima y listo”. En la contratapa se puede ver una foto de los integrantes de Los Twist junto a los créditos.
Por su parte, Pipo Cipolatti contó en el mismo libro que La dicha en movimiento tenía otra idea para la tapa. “Era una foto de una fiesta, tipo un asalto, con un sofá, músicos con bonetes, serpentinas, copas de Martini y algunas chicas. La foto la había tomado Mariano Galperín, amigo de la infancia de Fabián Couto, que en ese momento era nuestro manager. Pero una de las chicas que estaban en la tapa falleció a los pocos días y decidimos no usar la foto”.
“El amarillo era el color que identificaba a Los Twist…todos nos decían que era mufa y el disco terminó vendiendo 120 mil copias en tres meses”, concluyó Cipolatti.