La última vez que se elaboró el Índice Global de Crimen Organizado en 2021, Paraguay no aparecía ni siquiera entre los 15 primeros del mundo. Pero con una puntuación de 6,70 ya mostraba indicios sólidos de que el país se ha convertido en un centro de criminalidad y de delincuencia organizada.
Este 2023, la nación ha saltado hasta el puesto número 4 de entre los 193 Estados miembros de la ONU incluidos en el estudio, uniéndose a Colombia y México en lo más alto de la tabla, que lidera Myanmar.
La puntuación de Paraguay es ahora de 7,52. Una calificación que se reparte en base a la media de distintas categorías.
BBC Mundo contactó sin éxito diversos estamentos públicos y ministerios de Paraguay, así como el Gabinete de la Presidencia de Santagio Peña, para analizar este resultado.
Para los expertos consultados, el ascenso del país en el ranking es reflejo de lo que lleva pasando años y tiene que ver más con una cuestión de visibilidad que de cambio en la realidad.
La operación contra el narcotráfico y lavado de dinero llamada “A Ultranza PY” -la más grande en su historia– llevada a cabo en 2019 lanzó una señal clara de que las cosas han cambiado en los últimos años en el país sudamericano.
Aquella operación llevó a la destitución de dos ministros y el arresto de 24 personas por supuestos nexos con organizaciones narcotraficantes.
Para Carolina Sampó, doctora e investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina, los criminales en Paraguay se aprovecharon durante años de “la falta de reputación del país como exportador de drogas para reenviar cocaína sin ser detectados y redirigirla a puertos de salida no tradicionales y rutas contraintuitivas como las que se inician en el puerto de Buenos Aires, de San Antonio, o de Montevideo”.
Fue el homicidio del fiscal paraguayo Marcelo Pecci, en mayo de 2022, lo que realmente llevó a una dimensión internacional lo que sucedía en Paraguay. Pecci investigaba casos de corrupción y lavado de dinero de alto perfil cuando fue asesinado en su luna de miel en Colombia.
Las autoridades encontraron muchos indicios sobre la autoría intelectual, que apuntaban al Primer Comando de la Capital (PCC), uno de los mayores grupos delictivos de Brasil con ramificaciones criminales en muchos países vecinos.
“Todos los mercados y actores criminales que se encuentran en las Américas están presentes en varios países. Estos mercados criminales interconectados y transnacionales aprovechan situaciones de liderazgo y gobernanza débiles”, afirman los autores del índice.
“Los puntajes de 2023 muestran que la región de las Américas continúa dominando el comercio mundial de cocaína como principal mercado de origen de la droga”, añaden.
¿Qué pasó en Paraguay?
Para empezar, coinciden los expertos, el país se sitúa en el corazón de América Latina y tiene frontera con enormes mercados como Brasil, Argentina y Bolivia. De salida, eso coloca la geografía paraguaya en un punto muy atractivo.
A partir de esa circunstancia, se suman al menos 8 factores que han convertido al país sudamericano en un centro criminal internacional:
1. Presión en los puertos de Argentina y Brasil
La mayor vigilancia en los puertos de Argentina y Brasil provocó que Paraguay se convirtiera en un centro internacional de distribución de cocaína andina gracias a su proximidad geográfica con dos de los principales productores de esta droga, Perú y Bolivia.
“Eso es algo nuevo. La cocaína que viene de Perú, Colombia o Ecuador llega a Paraguay en avionetas y se traslada a los puertos de Buenos Aires y Montevideo, que están en el Atlántico o pasa a través de los propios puertos del país. Desde aquí se empieza a remitir cocaína a países de Europa, África o incluso Medio Oriente”, afirma Juan A. Martens, investigador de la Universidad Nacional del Pilar e INECIP de Paraguay.
“Los movimientos aéreos son movimientos cortos, lo que da mucha facilidad. En muchos casos ni siquiera hace falta que las avionetas bajen, sino que tiran la cocaína desde el aire en un campo y se vuelven”, dice Sampó.
2. Uso de la hidrovía Paraná-Paraguay
En esta llegada a los puertos del Atlántico juega un papel fundamental uno de los mayores sistemas navegables del mundo, en el que, de nuevo, Paraguay se sitúa geográficamente en el centro.
Es la hidrovía Paraná-Paraguay. Con una extensión de 3.442 kilómetros cruza o tiene ramificaciones en Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay.
“Brasil es un mercado de 200 millones de personas. Por agua solo nos separa una hora del mayor estado brasileño. Desde Saltos del Guaira, al norte de Paraguay, hay una hora en lancha al estado de São Paulo, que tiene 45 millones de habitantes”.
“Es muy fácil traficar por esa vía”, dice el investigador paraguayo.
3. De marihuana a cocaína
Paraguay cultiva unas 7.000 hectáreas de marihuana al año.
“Siempre ha sido un espacio territorial complejo en lo que tiene que ver con la criminalidad. La primera cuestión es la cantidad y la calidad de la producción de la marihuana en la zona de Pedro Juan Caballero y cómo esa producción de marihuana suscitó serios conflictos entre distintas organizaciones criminales brasileñas y los clanes locales”, dice Sampó.
“Los niveles de consumo de marihuana en Brasil son muy altos y la calidad de la marihuana de Pedro Juan es la más alta en la región. Uniendo productores con clientes, el negocio es millonario en Brasil”, afirma la investigadora argentina.
Es a raíz de la necesidad de controlar el movimiento de esa droga cuando se produce la expansión del narco.
Paraguay pasó de ser el primer productor de marihuana de Sudamérica a uno de los principales distribuidores de cocaína, pese a no producirla.
4. La llegada del grupo criminal brasileño PCC
Desde mediados de la década de 2010, el Primer Comando de la Capital, la mayor organización criminal de Brasil y quizás de Sudamérica, ha ejercido una influencia significativa a través de la frontera en Paraguay, donde domina los mercados de tráfico de drogas y armas.
“La presencia del cartel se extiende por todo Paraguay. La expansión del PCC a países vecinos y sus conexiones con redes internacionales subrayan la creciente influencia del grupo en América del Sur”, afirman los autores del Índice Global de Crimen Organizado.
Sampó explica que el PCC elije Paraguay para su expansión por una cuestión de cercanía con los nodos de distribución de marihuana y cocaína. “Su llegada tiene que ver con un primer desembarco para controlar la marihuana y después se va expandiendo hacia diferentes espacios de Paraguay, rurales y urbanos, donde recrear sus rígidas estructuras de organización criminal”.
A partir de aquí la organización amplía su negocio y empieza a mover la cocaína desde Perú y Bolivia hacia Paraguay y desde ahí hacia el puerto de Santos.
El puerto de Santos es el principal puerto de Brasil y de América Latina. Se encuentra localizado en el Estado de São Paulo.
Más tarde llegaría la expansión de otras rutas sobre todo las que tienen que ver con el uso de la hidrovía y la salida a través de los puertos de Buenos Aires y Montevideo.
“El cartel nace en las prisiones. Es una organización criminal enorme y muy compleja. Para formar parte hay que ser bautizado, hay que pasar por un proceso de admisión”, dice la investigadora.
“Lo que empezamos a ver en el año 2018-2019 es que comienzan a haber bautismos dentro de las prisiones paraguayas de paraguayos, no de brasileños. De paraguayos que empiezan a pertenecer al PCC. Y de esa forma la organización amplía su base dentro del territorio paraguayo”, afirma.
5. Narcopolítica
Distintos organismos internacionales afirman que Paraguay tiene un problema de corrupción generalizado, que afecta a todos los niveles del gobierno y la sociedad tanto en el ámbito público como el privado.
“Los puntajes de Paraguay, Venezuela y Nicaragua sugieren que los criminales tienen un nivel preocupante de influencia dentro de la sociedad y las estructuras estatales”, se lee en el informe del índice.
La llegada de cocaína desde Paraguay a los puertos de Bélgica, Países Bajos o Alemania atrajo la atención de Europol, de la DEA y de otras agencias internacionales, que visibilizaron el vínculo institucional que existe entre el crimen organizado y el poder público.
Martens recuerda los casos del ex diputado Juan Carlos Ozorio, imputado por lavado de dinero, tráfico de drogas y asociación criminal, o el del senador Erico Galeano, que se encuentra actualmente procesado por lavado de dinero y asociación criminal.
“Hay una impunidad sistemática”, dice.
En esto coindice Sampó: “Las condiciones de fragilidad del Estado, debilidad institucional, altos niveles de corrupción, altos niveles de impunidad, hacen factible que el PCC desembarque como organización criminal, se establezca y arregle con los clanes locales el reparto del negocio”.
6. Nulos controles y frontera porosa
Se calcula que entre Argentina y Paraguay hay más o menos 200 pasos ilícitos.
En algunas partes, la distancia entre ambos países es tan corta, que con una lancha rápida la frontera se cruza en dos minutos.
Pero otro de los factores que hacen porosa la frontera paraguaya es la falta de recursos para controlar el espacio aéreo del país.
“Hasta hoy Paraguay no tiene radar para supervisar el cielo. Es claramente una decisión política y una invitación a los grupos criminales transnacionales. Ha hecho que este territorio sea un imán de atracción para grupos de México, de Europa del Este, o de la mafia italiana”, afirma Martens.
7. Tráfico de armas
Paraguay tiene una legislación muy favorable a la compra de armas y los requisitos para adquirir una no son especialmente complicados.
“En Brasil operan 73 grupos criminales y las armas que usan generalmente estos grupos pasan por Paraguay. Específicamente se destinan a las favelas cariocas. Estamos hablando de que llegan a Río de Janeiro, a Espíritu Santo, Minas Gerais y al nordeste brasileño”, dice Martens.
Y desde Paraguay se distribuye no solo armas de pequeño y mediano calibre sino también municiones.
“Las armas abastecen a las organizaciones criminales brasileñas como el PCC o el Comando Vermelho”, apunta Sampó.
8. Tabaco y productos falsificados financian actividades criminales
Las rutas de las drogas se aprovechan para el tráfico de armas pero también para el contrabando de cigarrillos y de productos falsificados.
“Paraguay es un centro importante para el comercio ilícito de tabaco, tanto a nivel nacional como regional. La zona de la triple frontera de Paraguay, Brasil y Argentina es un corredor bullicioso para el tráfico de tabaco, que financia otras actividades criminales. Paraguay ocupó el puesto más alto en América en este mercado ilícito”, dice el informe.
“Los cigarrillos paraguayos inundan gran parte de los países vecinos, impactando directamente en la recaudación de los Estados. Y es que una de las características básicas de las organizaciones criminales es estar en todo al mismo tiempo. A menudo se usan incluso las mismas rutas”, dice Sampó.
Y de la mano del contrabando llega también el comercio de productos falsificados, que es otro mercado criminal rampante en las Américas.
El puntaje promedio de América del Sur de 6,25 coloca a la región en segundo lugar a nivel mundial.
Perú y Paraguay tienen los puntajes individuales más altos de la región y los dos países son evaluados como importantes focos de productos falsificados.
Ciudad del Este, en Paraguay es un importante centro de productos falsificados, entre ellos ropa, zapatos, relojes, electrodomésticos y perfumes.
“Los grupos criminales en Paraguay se destacan por facilitar este comercio ilícito”, añade el documento.