Al cumplir 18 años, la heredera al trono de Felipe VI, juró lealtad a la Constituación en el Congreso de los Diputados. Acto que de ser necesario le permitirá ser reina.
Según indicaron “fue un día de fiesta en donde hubo carteles, se repartió tortas con la bandera española y la Princesa de Asturias saludó, pero no lo fue para todos”.
El boicot de politicos de izquierda y separatistas puso de manifiesto las divisiones en torno a la monarquia. Los ministros en funciones de Igualdad, Derechos Sociales y Consumo se negaron a asistir, alegando que un jefe de Estado hereditario y no elegido por el pueblo es antidemocratico.