La semana que viene el gobierno colombiano va a castrar a uno de los hipopótamos que tenía Pablo Escobar en su famosa Hacienda Nápoles. Esta decisión se tomó porque no paran de reproducirse, a tal punto que el crecimiento de la fauna está siendo un peligro tanto para la población como para el ecosistema local. El capo narco había construido un espacio de “esparcimiento familiar” en Antioquia que incluía un santuario para la protección de animales en extinción.
Susana Muhamad, ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia, comunicó que el proyecto que tienen para palear esta situación incluye castrar a 40 hipopótamos por año a partir de 2024, incluyendo traslados y eutanasia ética. Para lo que queda del 2023, se estima esterilizar a al menos 20.
La ministra colombiana estimó que cada operación de esas sale unos 9800 dólares y la calificó como una cirugía “compleja y costosa” que puede durar hasta 7 horas. Por eso, lanzaron este plan para poder manejar a esta especie invasora de acá a 20 años, aunque desde las autoridades locales esperan alcanzar el objetivo en 10.
La sobrepoblación de hipopótamos empezó hace 30 años, cuando a fines de los 70, Pablo Escobar empezó a traer a estos animales para armar su zoológico privado. Tras la muerte del capo narco, estos hipopótamos se escaparon del lugar y se asentaron en la región del valle de Magdalena Medio, en Antioquia. Allí encontraron un hábitat perfecto: comida, un clima apto para ellos y sin enemigos.Poco a poco, se fueron reproduciendo hasta llegar a un punto en el que se convirtieron en una especie invasora. Hoy, son “animales territoriales, con altísima agresividad y un vector de enfermedades” para el resto de los animales.