¿Por qué muchas personas no recuerdan dónde han puesto las llaves del auto la mayoría de las mañanas, pero pueden cantar cada letra de una canción que no han oído en años cuando suena en la radio? ¿Las letras de las canciones ocupan un lugar privilegiado en nuestra memoria?
Canciones mnemotécnicas
La música se utiliza desde hace mucho tiempo como método mnemotécnico, es decir, para ayudar a recordar palabras e información. Antes de la llegada del lenguaje escrito, la música se utilizaba para transmitir oralmente historias e información. Aún hoy vemos muchos ejemplos de este tipo en la forma en que enseñamos a los niños el alfabeto, los números o, en mi caso, los nombres de los 50 estados de Estados Unidos.
Hay varias razones por las que la música y las palabras parecen estar íntimamente ligadas en la memoria. En primer lugar, las características de la música suelen servir de “matriz” predecible para ayudarnos a recordar las letras asociadas.
Por ejemplo, el ritmo y el compás de la música dan pistas sobre la longitud de la siguiente palabra de una secuencia. Esto ayuda a limitar las posibles opciones de palabras a recordar. Por ejemplo, indicando que una palabra de tres sílabas encaja con un ritmo concreto dentro de la canción.
La melodía de una canción también puede ayudar a segmentar un texto en fragmentos significativos. Esto nos permite recordar segmentos de información más largos que si tuviéramos que memorizar cada palabra por separado. Las canciones también suelen utilizar recursos literarios como la rima y la aliteración, que facilitan aún más la memorización.