La iniciativa, planteada por la Ministra de Ambiente y Cambio Climático de Jujuy, contó con el consenso de todas las jurisdicciones.
En el marco de la Asamblea Ordinaria N° 108 del Consejo Federal de Medio Ambiente (COFEMA), la ministra de Ambiente y Cambio Climático de Jujuy, María Inés Zigarán, fundamentó el documento que contiene una serie de exigencias para el próximo gobierno nacional, más allá de su pertenencia político partidaria, en lo que fue una expresión de absoluto consenso entre las provincias, CABA y el MAyDS.
La Asamblea que fue liderada por el Presidente Santiago Azulay (La Rioja), el Vicepresidente Renzo Morosi (CABA), y que contó con la presencia del Ministro Juan Cabandié, los miembros de su gabinete y las autoridades ambientales de todo el país, constituyó el escenario de una férrea defensa de la institucionalidad ambiental construida a lo largo de todas estas décadas y manifestó un rechazo contundente a las posturas negacionistas del cambio climático. La resolución aprobada constituye uno de los documentos más relevantes de los últimos años.
En ese marco, Zigarán, quien supo presidir el COFEMA durante tres períodos, al momento de hacer uso de la palabra, explicó que “el mundo atraviesa hoy una triple crisis global: por un lado, una crisis ambiental y climática; por otro, una emergencia por la pérdida de biodiversidad; y, en tercer lugar, una crisis debido a la contaminación”. Dijo al respecto que la evidencia científica es irrefutable. Y en particular al referirse a la crisis climática se refirió a los 6 informes del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) que han dado cuenta del calentamiento global acelerado y descripto las causas antrópicas de ese fenónemo que afecta de manera diferencial a los países.
Frente a este panorama, la funcionaria jujeña cuestionó el resurgimiento de discursos negacionistas y de violación del principio de no regresividad en materia ambiental, puesto que representan –según dijo- un retroceso en términos de las conquistas alcanzadas en estos 40 años de la recuperación de la democracia. “No sólo logramos la constitucionalización del derecho al ambiente, sino la adhesión de la Argentina múltiples tratados internacionales, el Convenio Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, el Convenio sobre Diversidad Biológica, el Convenio de Lucha contra la Desertificación y la Degradación de los suelos, por mencionar sólo algunos. Pero, además, se desarrollaron organismos cada vez más potentes en materia ambiental, políticas públicas y una gobernanza moderna”.
Luego de evaluar como peligrosa “la postura de quienes no solo rechazan la crisis climática, sino que también niegan el rol del Estado como garante de derechos”, la ministra de Ambiente y Cambio Climático de Jujuy dijo que “es imperioso poner en valor la institucionalidad y la agenda ambiental, porque de ello depende también la posibilidad de desarrollo de nuestro país, no solo en términos económicos sino también y, sobre todo, sociales”.
“De lo que hagamos o dejemos de hacer depende la vida de las generaciones presentes y futuras. No habrá condiciones de posibilidad de vida, sino abordamos de manera urgente los desafíos climáticos. Y los afectados serán los países que sufrimos mayores impactos como los de América Latina y dentro de ellos los sectores más vulnerabilizados. Y esto, profundizará todas las desigualdades”, destacó.
En otro orden, expuso que además del negacionismo climático se pretende una renuncia a los Objetivos de Desarrollo Sustentables (ODS) y la Agenda 2030 que son un horizonte ético para las políticas públicas porque no solo incluyen los temas ambientales, sino la búsqueda de la paz, la justicia, la igualdad, la defensa de la educación, la salud, la equidad de género, entre otros temas. “Pensar que podemos alejarnos de esos principios, es llanamente una renuncia a construir una sociedad más equitativa”.
Defendió la importancia del Consejo Federal de Ambiente, “donde con disensos, consensos y un enorme debate, hemos definido lineamientos que expresan la concertación necesaria en política ambiental, atento a que los recursos naturales son de dominio originario de las provincias y corresponde a la Nación los presupuestos mínimos de protección ambiental”.
De la misma manera rechazó “que se pretenda que los recursos naturales pueden ser contaminados por las empresas y que se pretende que esos recursos sólo adquieren un valor si son monetizados, porque esto es incompatible con el paradigma desarrollo sostenible”.