Es una condición que afecta hasta al 80% de los hombres mayores de 60 años. Para 2025, se espera más de 320 millones de personas afectadas en todo el mundo.
Con el paso de los años y la influencia de diversos factores físicos y psicológicos, la disfunción eréctil, comúnmente conocida como erección débil, se convirtió en un problema que afecta la calidad de vida de millones de hombres en todo el mundo.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que en 2025, aproximadamente 322 millones de hombres sufrirán de disfunción eréctil, un aumento significativo de 152 millones con respecto a tres décadas atrás.
La disfunción eréctil puede estar relacionada con múltiples causas, tanto físicas como psicológicas, y su prevención y tratamiento son fundamentales para mantener una vida sexual saludable.
Causas y factores de riesgo de la disfunción eréctil
Un estudio publicado en la revista científica IntraMed sobre “La prevalencia global de la disfunción eréctil” revela que el principal factor de riesgo asociado a esta condición es la edad.
El envejecimiento de la población contribuye al aumento de tasas de disfunción eréctil en todo el mundo. Además, existen otros factores de riesgo independientes que se asocian a esta afección, como la diabetes, enfermedades cardiovasculares, depresión y la hipertrofia prostática benigna (HPB).
De acuerdo con la sexóloga Laura Cámara, “como la disfunción eréctil afecta a las relaciones de pareja, es imprescindible el abordaje conjunto”. Muchas veces se tiene la percepción de que la disfunción se debe a la falta de atracción sexual, sin embargo, por eso es necesario asistir al médico para saber si hay algo en la salud que pueda estar afectando.
Las causas fundamentales de la disfunción eréctil
En una revisión de la investigación existente, Mark S. Allen, Alex M. Wood (Leeds Trinity University) y David Sheffield (University of Derby) piden que la investigación integre mejor los componentes biológicos y psicológicos y los tratamientos para la disfunción eréctil. El nuevo artículo se publicó en Current Directions in Psychological Science.
“Queríamos reunir los principales hallazgos sobre la psicología de la disfunción eréctil en un solo marco y crear conciencia sobre el impacto psicológico en los individuos y sus parejas”, dijo Allen, investigador de salud y psicología.
La disfunción eréctil se define como una incapacidad constante o recurrente para lograr o mantener una erección que sea suficiente para la satisfacción sexual.
Los orígenes biológicos van desde afecciones cardíacas, consumo de drogas o lesiones, mientras que el estrés, la depresión y los pensamientos intrusivos representan algunas causas psicológicas. Sin embargo, los investigadores con frecuencia atribuyen las causas a uno u otro en lugar de tomar en cuenta cómo interactúan estos factores, explicaron los autores.
Disfunción eréctil, entre causas psicológicas y biológicas
La disfunción eréctil puede hacer que los pacientes se sientan castrados, avergonzados y humillados. Muchos pueden retirar la intimidad de sus parejas, quienes a su vez pueden sentirse rechazadas. Estos factores, entre otros, refuerzan la necesidad de más investigación “para ayudar a comprender cómo los factores psicológicos contribuyen y podrían estar implicados en el tratamiento” de la disfunción eréctil, continuaron los investigadores.
La investigación clínica ha explorado una variedad de tratamientos biológicos, incluidos suplementos de testosterona, medicamentos como Viagra y bombas de erección al vacío.
Los orígenes biológicos van desde afecciones cardíacas, consumo de drogas o lesiones, mientras que el estrés, la depresión y los pensamientos intrusivos representan algunas causas psicológicas. Sin embargo, los investigadores con frecuencia atribuyen las causas a uno u otro en lugar de tomar en cuenta cómo interactúan estos factores, explicaron los autores.
Disfunción eréctil, entre causas psicológicas y biológicas
La disfunción eréctil puede hacer que los pacientes se sientan castrados, avergonzados y humillados. Muchos pueden retirar la intimidad de sus parejas, quienes a su vez pueden sentirse rechazadas. Estos factores, entre otros, refuerzan la necesidad de más investigación “para ayudar a comprender cómo los factores psicológicos contribuyen y podrían estar implicados en el tratamiento” de la disfunción eréctil, continuaron los investigadores.
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