Juan Manuel Franco había quedado en coma por un accidente doméstico en 2006. A su familia le regalaron una imagen del cardenal argentino y ocurrió algo que “la ciencia no puede explicar”.
El papa Francisco autorizó la beatificación del cardenal argentino Eduardo Pironio, después de que el Vaticano confirmara el milagro que se le atribuye: haber curado a Juan Manuel Franco, un bebé que había quedado en estado de coma tras aspirar purpurina.
Juan Manuel tenía apenas 15 meses cuando el viernes 1 de diciembre de 2006 ocurrió el accidente en su casa familiar en Mar del Plata. En un momento de descuido, el chiquito agarró una cajita con pinturas y un tarrito con purpurina y se lo llevó a la boca. Su mamá, Laura Carrozo, lo puso a upa y le sacó todo el polvo que tenía y fueron rápido a la Clínica 25 de Mayo. Pero a los pocos minutos el bebé comenzó a tener problemas respiratorios serios por haber aspirado el polvo brillante compuesto por metales tóxicos.
El pronóstico que les dieron era desesperante. “Nos dijeron que no había esperanza, que no había antecedentes de supervivencia ante este tipo de intoxicación, que nos pusiéramos a rezar”, recordó Mariano Franco, el papá de Juan Manuel.
Según le dijeron, aspirar purpurina genera una neumonía química. En los primeros análisis de sangre, encontraron restos de metales como cobre, zinc y plomo en el organismo del chiquito. Juan Manuel fue trasladado al Hospital Materno Infantil, donde ingresó en terapia intensiva y quedó en coma inducido con asistencia respiratoria.
Ese sábado justo se celebraba la Marcha de la Esperanza, que fue creada por Eduardo Pironio y salía del puerto hasta la catedral de Mar del Plata. Entre sus paradas estaba la parroquia del Materno Infantil. Allí, un cura, el padre Silvano de Sarro, de la parroquia San Antonio de Padua, les dio a Mariano y a su esposa Laura Carozza una estampa de Pironio, que fue obispo de la ciudad entre 1972 y 1975.
Con la imagen y un rosario en mano, Mariano y Laura se pusieron a rezar. “Nos aferramos a eso porque nos decían que no había chances de que Juan Manuel sobreviviera. Y funcionó, fue increíble”,sostuvo el papá.
Poco después de que se pusieran a rezar, los médicos notaron una “leve mejoría”. Luego lo sacaron del coma y horas después Juan Manuel comenzó a comer.Los siguientes análisis de sangre no mostraban nada raro.
Según Mariano, observaron coincidencias entre los progresos en el cuadro de su hijo en terapia intensiva y fechas claves de la vida de Pironio: “El 3 de diciembre es el cumpleaños de Pironio, el 5 el día en que se ordenó. Justo en estos días mejoró Juan Manuel”.
“El 13 de diciembre Juan Manuel ya estaba en casa como si no hubiese pasado nada, sin ningún tipo de secuela. Los médicos no lo podían explicar, la ciencia no lo podía explicar”, dijo Mariano.
Mariano y Laura, que son profesores de música en colegios de Mar del Plata, se mostraron “muy felices” por la noticia de la beatificación del exobispo marplatense. “Sabíamos que iba a suceder pronto, estábamos expectantes”, agregó. Además, recalcó que la beatificación lleva “un proceso muy serio”. “Vinieron desde Roma a investigar, a entrevistarse con los médicos, analizaron la historia clínica, elaboraron un informe que llena un montón de carpetas”, precisó.
Hoy Juan Manuel es un joven de 18 años. Es músico como sus padres y toca el violoncelo y la guitarra, además de estar terminando el secundario: “También es un joven karateca que ganó medallas en competencias locales”. “Tras el milagro tuvo una vida normal y fue acostumbrado a que en ciertas fechas compartimos misas o participemos de la Marcha de la Esperanza, a la que iba con una pancarta o una remera con la imagen del cardenal Pironio”, explicó su papá.
La familia reveló, que no conservaron la estampita que creen les ayudó a salvar la vida de su hijo, aunque tienen “copias idénticas”. “La original se la dimos a un amigo que estaba enfermo. Queríamos compartirla para darle esperanza a otra persona, ayudar a fortalecer su fe”.