El ensayista y escritor franco-argelino fue uno de los grandes teóricos del existencialismo y del absurdismo, que desarrolló a través de su extensa obra.
lbert Camus nació en Mondovi (Argelia) en 1913. Siendo un pied-noire, nombre coloquial y despectivo por el que se conocía a los colonos franceses que se iban a vivir a Argelia, nació en el seno de una familia muy pobre y los problemas económicos le acompañarían durante gran parte de su vida. Al empezar la Primera Guerra Mundial, su padre fue reclutado para luchar en Francia y murió a causa de las heridas que sufrió durante la primera batalla del Marne. Albert ni siquiera había cumplido el año y su madre tuvo que hacerse cargo de él trabajando como limpiadora del hogar.
Un programa de ayuda para hijos de soldados muertos en combate le permitió acceder a sus primeros libros y estos despertaron el increíble intelecto del joven Camus. Su juventud la pasó en uno de los barrios más pobres de Argel y encontró un refugio en la lectura y en el fútbol, deporte que practicó como miembro del equipo Racing Universitaire d´Alger y que según él mismo le aportó grandes enseñanzas para la vida en sus primeros años. A los 17 años enfermó de tuberculosis y durante su convalecencia empezó a leer a filósofos como Søren Kierkegaard y Friedrich Nietzsche y grandes autores del mundo helenístico como Epicteto. Su contacto con estos autores marcaría profundamente su pensamiento y le llevaría a cursar estudios de Filosofía y Letras.
A los 25 años decidió mudarse a París, donde terminaría trabajando como periodista. En esta época comenzó a militar en el Partido Comunista pero fue expulsado debido a las discrepancias que surgieron en cuanto a la dirección y las medidas a tomar por el partido. Durante la Segunda Guerra Mundial se une a la Resistencia Francesa contra la ocupación nazi y participa en el diario clandestino Combat, del cual acaba siendo editor. Es precisamente durante el conflicto cuando Albert Camus escribe algunos de sus primeros grandes trabajos.
De ‘La peste’ a ‘El mito de Sísifo’
Filósofo, ensayista, dramaturgo y escritor. El autor franco-argelino desarrolló su pensamiento en todas sus obras de forma simultánea, por lo que estas se entienden mejor si se ven como un conjunto en el que la teoría (ensayos) y los casos prácticos (novelas) se correlacionan.
El existencialismo fue un pilar clave en la filosofía de Camus. Esta teoría nace del desapego y la desilusión del ser humano con el mundo, poniendo en duda principios universales considerados absolutos durante siglos y llegando a la conclusión de que no se puede buscar un sentido a la vida porque esta no tiene ningún sentido o propósito mayor. Así, el existencialismo niega que haya dioses y reniega de las creencias religiosas que se edifican sobre la promesa de un plan divino del que todos formamos parte. Mientras algunos llevaban esta desilusión al extremo con el nihilismo, otros se acercaban al absurdismo y planteaban que ya que nada tiene sentido (todo es absurdo), cada uno puede buscar su propio sentido a la vida.
Camus empieza a ganarse un nombre en 1942 cuando publica El extranjero, novela corta en la que el protagonista muestra una total apatía y anomia por el mundo que le rodea y que no termina de comprender. El prólogo de la obra empieza de forma tan demoledora como reveladora (“Hoy ha muerto mamá. O quizá ayer, no sé”.) y conforme la trama avanza profundizamos en el desengaño de Meursault, que rechaza la hipocresía y falsedad de la sociedad y prefiere romper sus normas poniendo en duda conceptos tan asumidos como la familia, la amistad, el amor, la política o el trabajo. La novela de poco más de un centenar de páginas ya da muestras del talento de Camus tanto por su estilo como por la profundidad de la historia contada.
Tal vez su otro gran libro sea La peste (1947). En ella se cuenta cómo la ciudad de Orán se ve sometida a un terrible aislamiento debido a una epidemia que se ha extendido por la ciudad y que está causando estragos entre la población. Esta situación extrema permite a Camus asomarse al alma humana y tratar tanto lo bueno como lo malo que allí se esconde; proporcionando escenas en las que la bondad y colaboración del ser humano como comunidad destaca por encima de todo y otras en las que estas se ven sometidas al miedo, el odio, el egoísmo y el rencor. La peste es una de las obras más discutidas y estudiadas de la literatura francesa debido a las muchas lecturas que se le pueden sacar. Camus termina avisando a todo aquel que quiera oírle, como una especie de advertencia cíclica, de que la peste está en todos nosotros aunque solo seamos conscientes de su presencia cuando las ratas muertas se amontonan en las calles.
Si ahora nos centramos en sus ensayos debemos destacar El hombre rebelde y, por encima de todos, El mito de Sísifo. Es probable que este segundo sea su texto más famoso ya que en él desarrolla su pensamiento filosófico, el que se puede encontrar en sus novelas y el que marcó su forma de vivir la vida. Partiendo de la premisa del existencialismo de que la vida no tiene sentido, Albert Camus defiende que eso no significa que la vida no pueda disfrutarse y que las personas deben buscarle su propio sentido valorando la belleza de cada momento. El autor lo ilustra a través del mito de Sísifo, antiguo rey griego al que los dioses condenaron a empujar una enorme roca hasta lo alto de una colina por toda la eternidad. Camus afirma que, aunque la labor de Sísifo no tiene sentido porque al llegar arriba la roca caerá y tendrá que empezar otra vez, el condenado sigue esforzándose y siendo feliz al llevar a cabo su tarea.
Albert y el existencialismo
El enunciado defendido en El mito de Sísifo se ve respaldado tanto por otros textos de Camus como por su propia vida. Como escritor, Albert Camus supo plasmar de forma sencilla y sincera la belleza y el gozo de la vida cotidiana y de todos esos detalles que la monotonía y el peso de la sociedad muchas veces no nos dejan ver. Exaltando cosas como un cuerpo desnudo, un baile, un paisaje, un beso, un aroma o un abrazo Camus hacía de estos pequeños placeres una elegía inigualable a las cosas buenas de la vida, las que según él podían darle un sentido al sinsentido.
Si nos fijamos en su biografía no resultará difícil comprobar que este ganador del Premio Nobel de Literatura (1957) siguió al dedillo lo que predicaba. Aun en sus orígenes humildes Albert Camus vivió lo mejor que pudo a través del fútbol o la literatura. Era un hombre atractivo, atlético, que cuidaba mucho su imagen y su estilo y tenía un gran éxito entre las mujeres. Desde 1943 hasta su muerte se casó con diez mujeres y tuvo infinidad de amantes. Su genialidad y el éxito de sus obras le convirtieron en un personaje muy mediático que, incluso cuando generaba cierto rechazo por la élite intelectual de París, solía estar presente en todos los grandes actos sociales y posó para la portada de la revista Vogue.
La muerte de Camus
El 4 de enero de 1960, a los 46 años, Albert Camus perdió la vida en un accidente de tráfico. Estaba realizando un viaje desde la localidad francesa de Villeblevin en un Facel-Vega, coche que le había prestado su editor, cuando se estrelló contra un árbol junto a la carretera y murió. En su cuerpo se encontró un billete de tren que Camus había decidido no utilizar en el último momento y en el coche un maletín negro que contenía las que, sin él saberlo, serían lo más parecido que se tiene a sus memorias: El primer hombre, una novela autobiográfica publicada póstumamente.
En su legado, además de sus novelas y de 28 ensayos, Albert Camus nos dejó numerosos cuentos, media decena de obras de teatro e infinidad de textos periodísticos, comentario o prólogos de libros. También se mantiene su importante papel en la filosofía de la segunda mitad del siglo XX y su archiconocido enfrentamiento con Jean Paul Sartre, derivado de las discrepancias de sus respectivos enfoques filosóficos y de las críticas de Camus contra los regímenes comunistas.