Además de otorgar ese gran beneficio, también nos mantiene hidratados, asegurando que las secreciones nasales y en la garganta fluyan y no se vuelvan pegajosas.
Los ronquidos son vibraciones causadas por el aire que atraviesa los tejidos de la garganta mientras están relajados. Cuanto más estrechas son las vías respiratorias, más fuerte es el aire que ingresa, por lo que el sonido aumenta considerablemente.
Mientras dormimos, los músculos de la garganta, el paladar y la lengua se relajan, generando el bloqueo de las vías respiratorias y favoreciendo esos sonidos. Para evitarlos, existen diversos métodos que van desde un cambio en el estilo de vida hasta la buena hidratación.
Los ronquidos son provocados en la mayoría de los casos por falta de hidratación, que genera mucosidad espesa en la boca y la garganta, que a su vez genera que las superficies internas se peguen, dando lugar a obstrucciones que generan esos ruidos respiratorios. Por eso, la bebida más importante para que esto no suceda es el agua.
Por esa razón, se recomienda beber mayor cantidad de agua a diario, aproximadamente 2 litros, además de evitar sustancias que provocan deshidratación como la cafeína o el alcohol. Otra de las causas de los ronquidos es dormir boca arriba o tener congestión nasal.
Más allá de la hidratación, hay otras recomendaciones para evitar los ronquidos. Si una persona tiene sobrepeso, se debe tratar de adelgazar, ya que reduciría el tejido adicional que recubre la zona del cuello y garganta y evitaría el estrechamiento de las vías respiratorias.
Otro tema a tener en cuenta es la posición a la hora de dormir. Lo ideal es hacerlo de costado, ya que evita que las vías respiratorias se bloqueen y que la lengua caiga hacia atrás, bloqueando el flujo de aire.