Establecer hábitos saludables en esta edad puede prevenir enfermedades.
Los estilos de vida cada vez más sedentarios son un factor importante de los crecientes niveles de obesidad en chicos y adultos. Es importante establecer hábitos saludables en la edad temprana para que permanezcan hasta la etapa adulta. El ejercicio regular durante la infancia, además de reducir el riesgo de padecer obesidad, ayuda a prevenir enfermedades del corazón, infartos y diabetes. El ejercicio también fortalece los huesos, las articulaciones y los músculos en una etapa en la que su hijo sienta las bases para su futura salud muscular y ósea.
Chicos muy pequeños
Desde el momento en que los bebés empiezan a gatear, les encanta moverse y explorar absolutamente todo a su alrededor, y les emocionan las sensaciones del movimiento. Como padre, debe alentar este impulso natural y darle a su hijo un medio seguro para explotar su energía.
A esta edad, el niño necesita actividades sencillas que estimulen el desarrollo físico. Debe guiarlo con suavidad para realizar las acciones necesarias y, sobre todo, hacer que el ejercicio sea divertido.
- Dele a su bebé los suficientes espacios seguros para que pueda moverse con libertad. Por ejemplo, a los bebés más pequeños les gusta recostarse en las alfombras y patalear.
- Con un bebé más grande, puede intentar algunos ejercicios sencillos como sostenerlo de pie para que pueda saltar de arriba abajo, gatear o caminar por el piso.
- Haga el ejercicio divertido con rimas y canciones.
- Anime a su bebé, pero no insista en algo en lo que no está interesado.
La medida justa
Es imposible hacer su casa o jardín totalmente a prueba de accidentes para su hijo; por eso, los niños más pequeños necesitan estar supervisados todo el tiempo mientras experimentan y descubren cuáles actividades son seguras. Pero no exagere con las precauciones. Tener a un chico encerrado o no motivar su energía natural fomenta hábitos no saludables y puede resultar contraproducente; ellos necesitan la libertad de poder experimentar, explorar y hasta equivocarse, pues así aprenden a medir los riesgos.
Cinco años en adelante
Varias asociaciones para la salud del corazón recomiendan que los hijos entre 5 y 18 años de edad hagan al menos una hora de ejercicio de intensidad moderada todos los días. Algunos ejemplos de actividades adecuadas son caminar a paso rápido, nadar, andar en bicicleta, bailar y jugar al aire libre. También se recomienda realizar al menos dos veces por semana una actividad que ayude a fortalecer los músculos y a tener huesos saludables y flexibles, como saltar, trepar y hacer gimnasia.
Es importante encontrar la medida justa entre vigilar y sobreproteger a su hijo. Por ejemplo, el número de chicos que van a la escuela caminando o en bicicleta ha disminuido notablemente en los últimos 20 años. Es comprensible la preocupación de los padres, pero el uso excesivo del auto impide que los niños hagan ejercicio.
Sea un buen ejemplo y practique algún deporte. Busque una actividad que puedan disfrutar en familia, como caminar, andar en bicicleta o nadar; en lugar de la televisión o los videojuegos hagan una actividad física. Muestre interés en las actividades deportivas que su hijo disfrute, y motívelo mucho.