¿Sabías que tu perro puede percibir tus estados de ánimo, predecir tus enfermedades y hasta saber dónde has estado con solo mirarte?
1. O sos una persona generosa, o no lo sos. Hago juicios sobre vos en función de tus acciones. Investigadores de la Universidad de Milán, en Italia, hicieron a unos perros ver a algunas personas que compartían su comida con un mendigo, y a otras que le pedían al mendigo que se fuera. Luego, cuando las personas de ambos grupos llamaron a los perros al mismo tiempo, la mayoría de ellos corrió sin titubear hacia aquellas personas más generosas.
2. Cuando albergues sentimientos negativos hacia otras personas puedo oír el cambio en el ritmo de tu respiración, ver cómo tu cuerpo se tensa ligeramente e incluso oler las sutiles feromonas que tu organismo despide. Así que si tus suegros, cuñados u otros parientes sospechan que no me caen bien (porque les ladro, gruño o intento no dejarlos entrar a la casa), la explicación más sencilla es que, en el fondo, ellos no te agradan nada.
3. Sé dónde estuviste. Ustedes los humanos son como esponjas: absorben los compuestos orgánicos volátiles de todo lo que tocan o pisan. Si —por ejemplo— acabas de ir al supermercado, olerás a los mostradores de carne y pescados, a las verduras que compraste y, tal vez, incluso a las personas que estaban a tu lado en el momento de pagar. Puedo oler aromas 100 millones de veces más sutiles que el olor más leve que seas capaz de distinguir.
4. Podrías tener cáncer. A muchos de mis congéneres los están adiestrando para detectar diversos tipos de cáncer por el olor de ciertas sustancias que emiten las células cancerosas. En algunos estudios los perros han tenido una precisión del 88 % en la detección de cáncer de mama, y del 99 % en la de cáncer pulmonar.
5. Me doy cuenta de que estás por llegar a casa. Me he aprendido tus horarios y sé aproximadamente cuándo esperar que estés de vuelta en casa todos los días. Además, aun cuando llegues a una hora poco común o imprevista, puedo distinguir el sonido específico de tu auto mientras te acercas por la calle, y siempre estoy atento a percibirlo.
6. Te peleaste con tu pareja. Aunque no griten delante de mí, me doy cuenta por su tono de voz seco, el hecho de que casi no se hablan ni se miran, por la rigidez de su postura, la manera apresurada en que caminan y la brusquedad con que abren los cajones. A algunos perros nos duele el estómago cuando nuestros dueños discuten.
7. Sé cuando necesitás protección. ¿No es cierto que duermo junto a tu cama en vez de hacerlo en la mía cuando tu pareja está fuera de la ciudad? ¿Acaso no me mantengo más cerca de tu pierna de lo normal cuando caminamos por alguna zona oscura? Puedo oler la adrenalina que segregás cuando tenés miedo, y también soy más vigilante cuando falta alguien en la casa.
8. Vas a hacer un viaje. Odio que salgas de la ciudad, así que he aprendido a identificar las señales de que tu partida es inminente; por ejemplo, las valijas fuera del armario o la forma en que acomodás y doblás tu ropa en la cama. Algunos de nosotros jadeamos y empezamos a temblar porque nuestra ansiedad se dispara. ¿Te dan remordimientos? Según un estudio, ponernos música clásica cuando estamos solos en casa nos ayuda a calmarnos.
9. Te derretís ante nuestra mirada de cachorro. Los investigadores han descubierto que el cuerpo humano segrega oxitocina (la misma hormona que las personas liberan al mirar a sus bebés) cuando hacemos contacto visual con vos. De manera que hay una buena razón para que te miremos con amor cuando queremos algo: nos da resultado.
10. Soy capaz de captar tus intenciones. Percibo señales casi imperceptibles de tu lenguaje corporal —como una mirada fulminante o la forma en que sujetás la correa— que me indican lo que estás planeando. En un estudio, los perros lograron identificar fácilmente la ubicación de comida oculta tan solo con seguir la mirada de la persona que la escondió.
11. No te sentís bien. A los canes se nos puede entrenar para distinguir todo por el olfato, desde una baja en el nivel de glucosa en la sangre hasta un acceso de migraña. A muchas personas epilépticas se les asignan perros que las alertan sobre un ataque antes de que ocurra. En un hospital de Hawai tienen perros adiestrados para identificar infecciones urinarias a través del olfato en pacientes paralíticos que no pueden informar sobre sus síntomas.
12. Tu bebé es frágil. Sé que es un miembro de mi manada, y también que es el más vulnerable. Como tengo un fuerte instinto de protección de mi familia, puedo ser un guardián muy temible. Por eso gruño y ladro agresivamente cuando un extraño se acerca al carrito de tu bebé, y por eso debés estar alerta cuando alguien está jugando con tu pequeño y yo estoy cerca de él. Si me equivoco y pienso que esa persona puede lastimar al niño, es posible que la ataque.
13. Me percato de tus aflicciones. Soy un maestro en el arte de leer tu lenguaje corporal y estado anímico. Un estudio reveló que los perros podemos saber si un humano está triste con solo leer sus expresiones faciales, ¡aunque solo veamos una foto de medio rostro! También tendemos más a acercarnos a una persona que esté llorando que a otra que esté cantado o charlando, lo que demuestra mi empatía.