Ante la expectativa de que suba el dólar oficial, se registró una dinámica inflacionaria entre comerciantes y supermercados que están remarcando los precios de productos de consumo masivo como los alimentos y los remedios.
La escalada genera preocupación ya que son productos de primera necesidad y su carestía se produce en el marco de una pobreza del 44,5%.
La industria farmacéutica pactó con la Secretaría de Comercio un congelamiento de precios durante tres meses que venció el 31 de octubre. En noviembre aplicaron dos subas, de 15% y 12%, y en diciembre se están produciendo nuevas remarcaciones.
Al igual que en los remedios, en el rubro de los alimentos se observa que la escalada de precios que se vio en la semana post elecciones, no tuvo marcha atrás, sino todo lo contrario. Desde entonces hay productos con subas superiores al 50%.
Precisamente para contener en parte, ese impacto, la Secretaría de Comercio se reunió con las empresas y cadenas de supermercados y autorizó un aumento (para los productos de Precios Justos) de entre el 5 y 12% a aplicar en noviembre más un 8% durante diciembre. Sin embargo, el resto de los productos de consumo masivo transitaron otra realidad. Solo basta con visitar un supermercado o un almacén barrial.
“Cada vez que vamos al mayorista, vemos los precios cambiados”, dice Fernando Savore, titular de , la federación que agrupa a los almaceneros de Buenos Aires. Y cuenta que, en las dos semanas previas al balotaje, había muchos faltantes. “Después, al martes siguiente de la votación, empezaron las remarcaciones y la enorme disparidad de precios”, contó. “Cada uno ponía los precios que le parecía”, dijo refiriéndose a los comercios adonde se surten los almaceneros.
“Por eso, los primeros días fue imposible de reponer la mercadería: los fideos aumentaron un 50%, las galletitas, un 30%. Ayer, el directivo recibió una lista de un fabricante de galletitas y cereales que aplicaba a partir de hoy un 15% de aumento y ya avisó que la semana próxima venía otro 12%.
Entre las subas previstas para este mes, que no tienen que ver necesariamente con la inflación y obedecen a dinámicas estacionales, se alinean las de los peajes, las cuotas de las prepagas, las matrículas de los colegios, las tarifas de las telecomunicaciones y los alquileres.