El Tercer Malón de la Paz sostenía hace cuatro meses un par de acampes pacíficos en la Ciudad de Buenos Aires. Frente al Congreso, la Casa Rosada o Tribunales, varios miembros de comunidades originarias se agrupaban en torno de unas pocas carpas reclamando la intervención del Gobierno nacional en la provincia de Jujuy. Hoy, cuando ya tenían programado abandonar la Plaza Lavalle, la Policía de la Ciudad llegó con al menos una veintena de efectivos armados a empujar el desalojo.Las versiones de la Policía y las de los manifestantes son disímiles. Mientras que, según los primeros trascendidos, los efectivos aseguraban estar allí para “ayudar” con un “operativo de higiene”, los miembros del Tercer Malón de la Paz sostienen que la llegada de la fuerza constituyó un acto de hostigamiento sin sentido, dado que ya estaban dejando la plaza por su propia cuenta.
“Desde esta mañana la policía de la Ciudad de Buenos Aires, a cargo del jefe de operativo junto a Espacio Público de encuentran desalojando a integrantes del Tercer Malón que realizan una Permanencia pacifica en Plaza Lavalle”, escribieron desde la cuenta de Instagram de la articulación de comunidades originarias.
Y completaron: “Si bien el Malón en el día de hoy realizaría la vuelta a territorio, son hostigados violentamente por la policía que los están desalojando de un espacio público dónde llevan adelante una permanencia desde hace más de 4 meses contra la reforma inconstitucional de la provincia de Jujuy”.El desalojo se produce a poco de conocerse el protocolo antipiquetes de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, que consiste básicamente en la represión policial de los cortes de calles, la identificación y registro de los manifestantes y el paso de las facturas por los costos de los operativos a los mismos. Más allá de las críticas que despertó el protocolo por su interferencia con el derecho a la protesta, lo cierto es que el Malón de la Paz no estaba cortando el tránsito sino usando una porción de la plaza.