El ex técnico de Platense, que era el elegido por la oposición del Xeneize si se imponía en las urnas, fue lapidario con su ex compañero y el oficialismo: “Con Riquelme somos distintos, y cuando vos sos distinto a otra persona no conectás”
En las elecciones del domingo, los hinchas de Boca Juniors volvieron a elegir a la fórmula encabezada por Juan Román Riquelme y Jorge Amor Ameal para el próximo período de cuatro años. En la previa a los comicios, las listas expusieron los nombres de los candidatos a convertirse en el próximo entrenador del Xeneize. Del lado del oficialismo avanzaron por Diego Martínez, hoy a punto de ser oficializado, mientras que la oposición, integrada por Andrés Ibarra y Mauricio Macri, acercaron el nombre de Martín Palermo, que hasta concurrió a sufragar a La Bombonera.
El ex delantero, gloria del club de la Ribera, en paralelo llegó a la final de la Copa de la Liga con Platense y nunca ocultó su entusiasmo por dirigir al cuadro azul y oro que tanto ama. “Sueño con dirigir a Estudiantes y a Boca. Lo voy a seguir repitiendo ahora y siempre. Cuando el que iba a ser candidato a ser presidente de Boca me propone que si él ganaba iba a ser el entrenador, esa era la posibilidad más cercana a poder cumplir ese sueño. Entonces yo lo manifesté, y lo dije en ese momento, que si se daban las cosas como yo creía, iba a ser el próximo entrenador de Boca. Ahora, después, obviamente están quienes lo interpretan de una manera, que le falté el respeto a los hinchas de Platense porque yo tenía contrato con con el club y estaba jugando justo una instancia también de mi futuro en base a Platense”, arrancó en charla con Radio La Red.
Y añadió sobre lo que le molestó de la situación: “Se instaló fuertemente el hecho de que yo ya no estaba con la cabeza en Platense y eso obviamente fue lo que lo que no me gustó, o que yo me había metido en la política de Boca, y a mí nadie me mete. Ya tengo 50 años para que alguien me diga si yo me metí o no en la política”.
Respecto a sus esperanzas de que el camino del Titán y el del Xeneize se crucen en el corto plazo, el goleador fue realista sobre la situación. “No creo que me llame Román. No. Si lo hace es por un tema. No creo que me llame. Y si lo hace es por algún interés. Te soy sincero. Somos distintos y cuando vos sos distinto a otra persona no conectás, por más que quieras querer hacerlo por Boca. Porque Boca está por encima mío, de él, de Macri, de quien sea. Para qué le voy a mentir al hincha de Boca. No le generemos falsas expectativas a los hinchas de Boca con algo que yo no lo veo posible.
Si Entonces, hoy te soy sincero, tendré que esperar cuatro años más para dirigir a Boca. Y no me importa decirlo porque yo soy así de directo”, admitió Martín.
Una de las cosas que más le preocupó al ídolo fue que observó una división entre los hinchas: “Desde afuera ves un clima de desunión. Una sensación extraña que no me pasó ni estando dentro del club ni viéndolo de afuera. Entonces yo no voy a ocultar nada, ni voy a mentirle a nadie, porque yo voy con la verdad de todo. Y yo siento que, lamentablemente en estos cuatro años, siendo el presidente Ameal y el vice obviamente siendo Román, nunca han tenido ninguna intención de llamarme. No creo que lo vayan a hacer durante los cuatro años de mandato que van a tener entonces. Y si tengo que esperar cuatro años más, los voy a esperar. Y si son ocho porque ganen dentro de cuatro años, lo aceptaré y esperaré”.
Para redondear el tema, defendió a quienes propusieron su nombre. “Macri tuvo los cuatro años como presidente del país y están los que no les debe haber gustado su gestión, su manera. Ahora, es el presidente más exitoso de la historia de Boca. ¿O no? Como presidente de Boca, ninguna duda. Y que la gente lo insulte… Es lo que no entiendo. Yo creo que se ha se ha involucrado tanto el Mauricio presidente del país con el Mauricio presidente de Boca, que esa es la grieta que se generó en Boca”, opinó.
Antes de desviarse del Xeneize, explicó por qué siente que en algún momento será el técnico del club. “Yo me veo ahí sentado. En algún momento me veo entrando. No desde el banco del túnel visitante. Me veo obviamente ahí, pero todo a su debido tiempo. Y esto que me hace vivir el fútbol como entrenador, lo imaginaba y lo pensaba y lo soñaba. Ahora, también la pasé mal durante estos diez años. Sí, porque estando en México la pasé mal. Mal. Al punto de decir para qué sigo, si no estoy disfrutando de esto”, cerró.