El proyecto de Ley Ómnibus que Javier Milei envió este miércoles al Congreso y que incluye reformas profundas en materia tributaria, laboral, penal, energética y electoral, -entre otros-, está alertando a varios sectores de la industria, entre ellos la automotriz. “Siempre con el norte puesto en la libertad de cada uno de los argentinos”, había argumentado esta mañana el vocero presidencial, Manuel Adorni.
En este marco y cercanos a comenzar un nuevo año, en las terminales automotrices agrupadas en la Asociación de Fabricantes de Automotores (ADEFA) los números provisorios arrojan que la producción va a superar las 600.000 unidades por primera vez desde el año 2014.
Según trascendió, más de 300.000 vehículos fueron exportados -un 55% de esa producción-. Así llegaron, de a miles de unidades, a otros destinos regionales como Colombia, Perú, México, Chile y Ecuador.
En el ámbito del comercio internacional, se utiliza el término “precio FOB” (por sus siglas en inglés, “free on board”) para hacer referencia a mercancías libres de impuestos. Sin embargo, esto no se aplica a los vehículos argentinos, ya que al ser enviados al extranjero, incorporan una carga impositiva que se acumula durante el proceso de producción, abarcando Ingresos Brutos, Impuesto PAIS, Impuesto al Cheque y diversas tasas municipales de Seguridad e Higiene.
Según el Proyecto Ómnibus, los derechos de exportación de los vehículos locales pasarán del 5% actual al 15%. Así quedó confirmado en el artículo 201 del mega proyecto enviado al Congreso, donde subirán los derechos de exportación para todas las posiciones arancelarias de la Nomenclatura Común del Mercosur que hoy pagan una tasa más baja.
Para las automotrices, es la ratificación del anuncio del ministro Caputo que anunciaba un incremento de las retenciones. Mientras tanto en ADEFA, estiman que cada auto exportado ya carga 20% de impuestos.
“Aun con los derechos de exportación atenuados, la carga impositiva de un vehículo argentino al momento de ser exportado es del 20%, contra 3% de un vehículo brasileño”, señaló a Clarín un importante directivo del sector, que participó del estudio realizado por ADEFA.
“Nos parte al medio”,dijo y agregó: “Nos saca competitividad y podemos perder mercados a manos de competidores de otros orígenes o de otras filiales”.