Qué haces cuando tu hijo desobedece, no hace caso de lo que le dices, hace algo que consideras inconveniente… en definitiva, qué haces cuándo sobrepasa un límite? ¿Le dices frases tipo “¡Ya estamos otra vez!” “¿Es que eres sordo?” “¿No ves que te estoy diciendo que no cojas eso?” … ¿O actúas como si no hubiera pasado nada?
Una buena manera de aprovechar estos comportamientos para hacer que las consecuencias sean positivas, en vez de emplear frases humillantes como las que comentábamos al principio o dejar pasar lo sucedido sin más.
Si por ejemplo, lo que estábamos pidiendo era que no cogiera el jarrón de la abuela y al final este se ha roto, aprovecharemos esta situación para exponer cómo nos sentimos todas las personas involucradas y para buscar juntos la mejor manera de resolver el problema.
No será fácil mantener la calma ante determinadas situaciones, apunta la experta, pero los gritos, los castigos o las amenazas solo aportarán efectos negativos y perjudiciales para el desarrollo de nuestro hijo, no harán que aprenda mejor.
Conviene estar atentos porque, si nuestro peque sobrepasa los límites de manera continua, es señal de que algo no va bien o no está funcionando como debería. Sin embargo, en la mayoría de las situaciones, si averiguamos la causa que puede estar provocando ese comportamiento daremos con la clave para poder cambiarlo y convertir esos momentos en una oportunidad de aprendizaje.