Las dos participantes líderes del reality tuvieron la oportunidad de decirse frente a frente las cosas que les molesta de la otra.
Esta edición de Gran Hermano no tiene un minuto de tranquilidad entre los jugadores. Después de casi un mes de iniciado el programa de Telefe, este martes se definió quién ganó la prueba del líder de la semana. Luego de un intenso juego de destreza, Alan fue el ganador de la semana y se conformó como el jugador que resultó inmune para las próximas nominaciones y, a la vez, el que podrá rescatar de la placa a uno de sus compañeros y poner a otro en su lugar.
Cuando arrancó el ciclo, Santiago del Moro mostró cómo la noche anterior había habido una fuerte pelea entre Furia e Isabel. Todo comenzó cuando Juliana escondió unos huevos y Gran Hermano la delató con su voz inconfundible para decirle que “eso estaba prohibido”. De esa manera, la participante fue corriendo a la habitación a contarle a sus amigas lo ocurrido. Cuando mencionó que “la reina madre la había expuesto”, la mujer más grande del reality saltó de la cama y la increpó. “Yo me levanté de la cama para ir al baño”, le gritó, pero en ese momento Furia reaccionó con fuerza y comenzó a decirle palabras muy duras. “Soy una persona igual que vos”, exclamaba Julia, cuando Isabel respondió: “No, no sos una persona”. Acto seguido, se escucharon gritos y exclamaciones en toda la casa que despertaron al resto de los hermanitos que intentaban dormir. Algunos no se atrevían a entrar a la habitación y simplemente escuchaban desde el cuarto de al lado.
Durante este martes, cuando Del Moro se presentó ante los hermanitos comenzó diciéndoles: “Anoche pasaron cosas”. Luego, agregó: “Activen todos los sentidos, disfruten de la competencia y sepan que es un juego para ganar. Ya se empiezan a ver los diferentes perfiles de los jugadores. Isabel, voy a invitarte al SUM para que vayas junto a Juliana, voy a estar yo desde un monitor y el público, pero no van a estar sus compañeros. Lleven un vaso de agua si quieren para hacer un careo entre ustedes”.
Así fue como las dos mujeres se dirigieron al lugar, entre risas, haciendo gestos de boxear a la otra. “Ay tenemos una mesa y todo, pensamos que teníamos un ring”, dijo Furia apenas entraron y se encontraron con una mesa cuadrada blanca, con dos sillas enfrentadas. “Olvídense de mí ahora, ustedes son dos mujeres fuertes, las hemos visto, lo que pasó anoche hubo un encontronazo power, pero a veces siento que cuando les doy la oportunidad de hablar no lo hacen. Teniendo esta potestad que me da Gran Hermano para decirse cara a cara lo que quieran, sepan que son dos mujeres valientes con historias diferentes. Tienen algunos puntos en común, las dos están atravesadas por el dolor”, dijo el conductor. “Que arranquen las reinas”, exclamó Furia. “No tengo nada en particular. Yo tengo un gran dolor y supongo que vos también. Las veces que me dieron ganas de acercarme a vos tenía no temor, sino rechazo´”, destacó Isabel y luego continuó hablándole a Santiago. “Me acerco a preguntarle si estaban ricas unas empanaditas y me dice ‘no me mires porque me hacés mal de ojos’, y yo le dije: ‘En todo caso me harías vos mal a mí’. Ahí dije ‘listo modo avión con Juliana, no le contesto más’”. Entonces, Del Moro preguntó: “¿Hay algo de prejuicio hacia ella, por los tatuajes?”. Y la respuesta de Isabel fue contundente. “No, ¿sabés por qué chocamos? Porque tenemos muchas cosas en común, yo podría ser la mamá de ella”. “Mi mamá se murió a tu edad”, admitió Juliana al escuchar esas palabras. Luego, ambas contaron lo que ocurrió la noche anterior con el tema de los huevos y la pelea entre ellas. Cuando llegó el turno de Furia, reconoció que ella preferiría que las cosas siguieran igual como hasta ahora. “En el grupo de ella hay muchos líderes, hay muchos egos acá adentro, es difícil convivir con eso y con mucha gente que quiere manipular”, comenzó hablando Julia.
Sin embargo, Santiago insistió en que lo mejor de esa reunión era que se limen asperezas. “Yo vi en ella no a una mujer mayor, quise integrarla al grupo. El primer día fui a pedir que apaguen la luz para que ella pudiera dormir”, aclaró Furia. “De eso me enteré anoche, pero yo no soporto la agresión me hace muy mal”, retrucó la mujer más grande de la casa. “No es una agresión para mí, vengo de una familia de tanos que gritan. Yo lo que dije siempre es ¡que la casa es de todos!”, exclamó con fuerza la joven. “Yo vine a demostrar que una persona de mi edad puede pelear y ganar este concurso igual que los jóvenes. De ahora en más voy a hablarle a ella y voy a tratar de que nos entendamos. Porque anoche la putee de todas las maneras y prometo ser una mejor persona”, admitió la cocinera oficial del reality. “A mí no me molesta que me hayas puteado, yo exteriorizo todo el tiempo en esta casa. Lamentablemente cada una ya eligió el camino, ya elegí con quiénes estar. A mí los chusmeríos no me gustan. Hay personas que me están diciendo que no se puede hablar conmigo porque si lo hacen las nominan. No vienen a hablarme esas personas y también entiendo que mis modales ayudan a que la gente se aleje. Yo siento que el poder me lo dan ustedes. Y consideran que las personas que se me acercan lo hacen por estrategia”, dijo Furia. “Yo no necesito de nadie acá adentro, ¿lo entendés?”, apuntó Isabel, mientras Furia reconoció que ella tampoco.
Más adelante, Juliana explicó los motivos por los que ella está siempre a la defensiva. “Me están jodiendo, entonces tengo que escupir veneno. Yo tengo que comer comida que cocina alguien que no nos hablamos. Me da vergüenza ir a comer algo que cocina alguien que cocina con amor para cierta gente y no es para mí”. “Pero no va a ser mas así”, admitió Isabel. Entonces Furia intentó ponerse en el lugar de su compañera. “Entiendo la situación que estás pasando, a mí se me murieron mis dos papás y me tuve que hacer mujer. Yo te dije, si estuviera pasando esa situación no hubiera entrado”, agregó la joven. “Pero ya había firmado”, se justificó Isabel. Finalmente, las dos jugadores limaron un poco sus asperezas. “Estuviste muy inteligente Santi, charla muy productiva”, reconoció Isabel mirando al monitor de la televisión. ¿“Puede haber un abrazo o un apretón de manos?”, preguntó Del Moro, y ambas se levantaron de sus asientos y se dieron primero la mano en el aire, luego un abrazo y para terminar un pechazo, entre risas. “No, yo no tengo tetas”, destacó Furia. Cuando volvieron a la casa, Isabel le pidió a Juliana en voz baja: “ No contemos nada, eh”.