Mantener la atención durante un tiempo prolongado en una tarea consume muchos recursos cognitivos y decae a lo largo de la actividad. Sin embargo, algunas claves como la motivación, un papel activo y el repaso pueden ayudar a contrarrestar estas dificultades.
Se ha demostrado que el rendimiento cognitivo fluctúa a lo largo del día y está afectado, entre otros factores, por los ritmos circadianos, con picos de provecho óptimo y valles en los que dicho rendimiento es menor. Tener esto en cuenta nos puede servir para entender cómo concentrarse para estudiar y hacer que nuestro método de estudio sea eficaz.
Estas oscilaciones también varían con el cronotipo de cada persona, esto es, con las preferencias individuales en el continuo dormir despertar. A la interacción entre el momento del día y el cronotipo se denomina “efecto de sincronía”.
Si tenemos en cuenta en qué momento del día rendimos más y cuándo estamos más concentrados, podemos aprovecharlo para abordar la tarea más difícil y los contenidos más complicados. Así será más fácil encontrar un método de estudio eficaz.
No obstante, hay tareas que, por su alta carga operativa, nivel de motivación, o por la expectativa de una recompensa, son más resistentes a la influencia de este efecto de sincronía. Si somos matutinos y no queda más remedio que estudiar por la noche, podemos motivarnos y recompensar el esfuerzo. Por ejemplo, pensando en lo que haremos después de superar la evaluación. O haciendo pequeños descansos de 5 minutos cada 30 o 40 minutos.
Escuchar música de fondo no es un método de estudio eficaz: también consume recursos cognitivos (restando a la tarea principal de estudiar) y captará nuestra atención, quitándosela a la materia de estudio; especialmente si nos gusta la canción. ¿Qué otras cosas podemos tener en cuenta y cómo podemos concentrarnos mejor para estudiar?.
Estudiar no depende solamente de la atención. La otra cara de la misma moneda es la memoria. Si bien en los últimos tiempos se está denostando la memorización, mientras se potencia el “aprender a aprender”, también es cierto que este proceso de “aprender” requiere que nos sentemos durante horas y pongamos en marcha nuestra maquinaria mnésica.