La actriz viajó en auto desde Mar del Plata y mañana vuelve para cumplir con sus compromisos artísticos en la obra “Fátima 100%”.
Fátima Florez, la novia del presidente Javier Milei, llegó a la Casa Rosada cerca de las 17 horas de este lunes. Estuvo una hora y media y luego partieron juntos rumbo a Olivos, donde pasarán la primera noche en la residencia, aunque no prevén que ella viva en la quinta presidencial. “Lo vengo a ver porque hoy es mi día libre”, explicó a Ámbito. Encuadró su visita al señalar: “yo lo vengo a ver a él, esté en la Casa Rosada, esté en su departamento o donde esté”. Viajó en auto desde Mar del Plata y mañana vuelve para cumplir con sus compromisos artísticos en la obra “Fátima 100%”.
La popularidad y el reconocimiento del público es algo que Fátima conoce bien por su trayectoria profesional. “Siempre sentí mucho afecto de la gente”, aunque admite que “ahora eso se potenció, se intensificó”. En una frase definió el vínculo que la une a Milei: “nos entendemos bien, ambos somos espíritus muy libres”.
Durante su visita, permaneció en el despacho presidencial y celebró la decisión de eliminar el rango de Primera Dama. “Hoy las mujeres somos autosuficientes, vamos para adelante, estamos empoderadas”, explicó, al tiempo que aclaró: “Estamos en empoderadas en el buen sentido, porque empoderar no es llevarte todo por delante”.
Suele decirse que algunos presidentes sufren el poder mientras otros lo disfrutan. Al respecto, Fátima señala: “No lo veo sufriendo la enorme responsabilidad que implica el cargo. Si uno se pone a pensar … es como para salir corriendo. Pero, ser Presidente no es para cualquiera. Él sí lo puede ejercer. Se preparó, tiene la personalidad y el liderazgo para hacerlo. Por eso no lo siente como una carga. Además, genera algo muy especial con la gente”.
Comentó asombrada que el 31 de diciembre, cuando estuvieron en el Hotel Provincial, la gente espontáneamente empezó a juntarse. “Eran unas 5.000 personas que comenzaron a gritar “Viva la Libertad, Carajo”.
Esta situación también le ocurre en el Teatro en Mar del Plata, donde llena la sala todas las noches. “La gente me envía saludos para Javier, me dicen que lo cuide”, comenta ante la mirada atenta del primer mandatario.