Planear las vacaciones puede acarrear dolores de cabeza extra ante la falta de accesibilidad en los procesos y espacios de descanso para aquellas personas con discapacidad quienes atraviesan los procesos del turismo de una forma más compleja y estresante.
El turismo accesible es aquel que está pensado para que personas con alguna discapacidad puedan disfrutar y sentirse incluidas en los viajes y actividades recreativas. Este debe concebirse en pos del diseño universal y la accesibilidad. El diseño universal se da cuando los productos y servicios están considerados para que todas las personas, incluidas aquellas que tienen alguna discapacidad, puedan utilizarlos. En este sentido, una playa u hotel es accesible cuando elimina estas barreras y ofrece igualdad de condiciones para todas las personas.
Aún son muchas las barreras que enfrentan las personas con discapacidad que impiden su participación y relajación en espacios turísticos. Es cierto que en los últimos años, hubo pequeños avances como: playas más accesibles con apoyos e infraestructuras adaptadas, pero eso no es suficiente para lo que verdaderamente se denomina turismo inclusivo.
De momento , existen limitaciones que afectan a todo el proceso como la falta de accesibilidad (física y también en sistemas de comunicación como Braille o lengua de señas, pictogramas para personas con autismo) en las publicidades y sistemas de gestión de reservas, en transportes, alojamientos y hoteles, balnearios y playas y hasta en los espacios de recreación o esparcimiento como teatros, cines, restaurantes. Por último, cabe mencionar la importancia de contar con accesibilidad y eliminación de barreras en excursiones y paseos así como el transporte que también debe asegurarse que se encuentre adaptado para todas las personas.