El BOE se sujeta a la Ley de Regulación de la Moneda Metálica, que busca prevenir estafas y fraudes relacionados con monedas en mal estado, defectuosas o falsificadas.
Según la ordenanza ETD/647/2023 que publicó el Boletín Oficial del Estado (BOE) en julio del año pasado, algunas monedas ya no serán consideradas aptas para realizar intercambios comerciales, por lo que deberán salir de circulación.
Esta decisión está respaldada por la Ley de Regulación de la Moneda Metálica, cuyo fin es prevenir estafas y fraudes relacionados con monedas en mal estado, defectuosas o falsificadas. Por lo tanto, de forma periódica se activa un mecanismo estatal para revisar las monedas que están en circulación y si es necesario, retirar las que no pasen el filtro pertinente.
A partir de esta nueva medida, tanto las empresas y entidades financieras, como las compañías de crédito, deberán hacer un esfuerzo por colaborar en este proceso y dejar de distribuir esas monedas al público.
De ahora en más, dicha obligación alcanza a todas y cada una de ellas, pues deberán revisar cada ejemplar que pasa por sus manos y, en caso de considerar que deban pasar por revisión, devolverlas al Banco de España.
Sin embargo, existen ciertas condiciones que deben ser tenidas en cuenta. Se requiere retirar de circulación cualquier moneda que presente deterioro, exhiba algún defecto evidente o genere sospechas de ser falsificada.
En España, se realiza regularmente el proceso de retirada de monedas. ¿Cuál es la razón detrás de estas revisiones periódicas? Es simple: prevenir la circulación de monedas falsas y, por ende, proteger a los ciudadanos de posibles estafas. En resumen, se busca garantizar la confianza de quienes utilizan dinero en efectivo, asegurándoles la autenticidad de las piezas en circulación.