El Salvador votó este domingo en unas elecciones en las que el presidente Nayib Bukele se declaró ganador con el 85% de los votos, pese a no contar con cifras oficiales. Las encuestas le otorgaban una aplastante victoria.
“De acuerdo a nuestros números, hemos ganado la elección presidencial con más del 85% de los votos y un mínimo de 58 de 60 diputados de la Asamblea” Legislativa, aseguró Bukele en X (antes Twitter).
Según dijo, se trata de un récord “en toda la historia democrática del mundo”.
Poco antes, el director de la encuestadora CID-Gallup, Luis Haug, divulgó en rueda de prensa un sondeo a boca de urnas que le daba un 87% de intención de voto.
A pesar de tener el apoyo de ocho de cada 10 salvadoreños en edad de votar, el plan de seguridad de Bukele ha levantado señalamientos de supuestas violaciones a los derechos humanos y su participación en los comicios ha sido cuestionada por la oposición y parte de la comunidad internacional porque la Constitución prohíbe la reelección inmediata.
De convertirse en el primer mandatario salvadoreño en ser reelecto en casi 100 años, Bukele ha prometido que el régimen de excepción seguirá hasta que capturen al último pandillero y su vicepresidente dijo a Reuters esta semana que mantendrá al bitcóin como moneda de curso legal a pesar de la poca aceptación y que el bukelismo es un proyecto de décadas.
Aún falta muchísimo por hacer pero, paso a paso, resolveremos décadas enteras de saqueo y abandono”, escribió el presidente de 42 años en su cuenta de X, una plataforma que ha usado para promocionar sus logros y atacar a sus detractores.
“Si nosotros hemos ya superado nuestro cáncer con metástasis, que eran las pandillas, ahora sólo queda recuperarnos (…) lo que viene para El Salvador es un periodo de prosperidad”, agregó en una rueda de prensa tras ejercer su voto en San Salvador, ataviado en una camiseta cian -como el color de su partido-, jeans y una gorra blanca.